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jueves, 22 de diciembre de 2022

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN LA TERTULIA

Se ha abierto, por fin, la cantina del Hogar del Pensionista que la pandemia hizo cerrar abruptamente hace casi tres años. No nos fue posible asistir a la glamurosa reinauguración porque, aunque viejos, estamos llenos de las nuevas obligaciones que nos ha deparado nuestro reciente estado, pero asistimos a este nuevo reencuentro mañanero llenos de ilusionadas perspectivas.

Acudimos, Juan de la Cirila, conspicuo afiliado al PP, hombre de misa y cirio y de ideas un poco retrogradas para mi gusto, lo que no impide que seamos respetuosos amigos; el tío Cacaseno, comunista histórico de los que cuando serlo comportaba riesgo de prisión, ateo confeso y enemigo de mentes adoctrinadas; María “La Tutuvía”, cuyo estado de viudez la ha catapultado al compromiso social y a actividades que la dedicación al cuidado de sus hijos y su marido no le permitieron durante muchos años; el doctor Mateo, médico de familia de cuando el ejercicio en los pueblos olvidados de la serranía era más un acto heroico que la simple aplicación de conocimientos, hombre mesurado que aunque reside en la capital, gusta de reunirse con sus amigos de juventud de vez en cuando; y un servidor de ustedes —al que pueden llamar Fernández— compromisario fiel de nuestros encuentros con la obligación de dejarlos impresos en unas montaraces líneas que llegarán al resto de los concurrente mediante los correos electrónicos que las clases para mayores del Ayuntamiento nos han permitido adquirir.

Veníamos esta mañana con más ganas de reencuentro pacifico que de confrontación política, pero las ultimas noticias sobre el asunto del Tribunal Constitucional han dado al traste con nuestras buenas intenciones.

Juan de la Cirila, más imprudente o más osado saca el tema.

 —Que me decís ahora, ¿Tenía razón el PP o no la tenía? El TC., máximo defensor de la Constitución se la ha dado. Feijóo ha hecho muy bien en pedir el recurso de amparo y el tribunal ha procedido en consecuencia.

—¿Impidiendo ejercer a la cámara alta su deber constitucional de debate? ¿Eso es democracia? Eso es una vergüenza constitucional. El TC. está para emitir su voto una vez que las leyes se han promulgado, no antes.

—Tu estas rabioso, Cacaseno, porque esta mano le ha salido mal la jugada a tu señorito. Quería meternos de matute las enmiendas y no ha colado, ¿a qué no, Mateo?

—No diré yo que lo del gobierno no haya sido un poco precipitado y hasta cierto punto chapucero, pero eso de impedir el voto al Senado no se había visto desde que el mundo es mundo y, además sienta un precedente más que peligroso. ¿Tú qué opinas, Fernández?

—Yo no estoy para paños calientes, esta derecha es estúpida e irresponsable. Están creando caldo de cultivo a los nacionalismos, sobre todo catalán, para que puedan decir que tienen razón al querer salir de un estado bananero y no democrático. Quiero creer que existe una derecha democrática a la que no le interesa este disparate, ni siquiera al empresariado, por eso me pregunto: ¿Quién está moviendo los hilos de este guiñol?

—Aquí no hay más guiñol que el que monta tu Pedrito, que hoy dice una cosa y mañana la contraria.

—Nada de eso, Juan. En primer lugar no es mi señorito, sino el Presidente del Gobierno de todos los españoles, elegido por rigurosos tramites democráticos y constitucionales. En segundo, ha ido modificando sus decisiones a medida que han ido variando las circunstancias, para lo que se requiere una gran dosis de generosidad democrática porque ya sabía lo que se le iba a venir encima y lo que le podía costar en términos electorales. El problema es que a los de tu partido cuando pierden en las urnas, les ataca la rabia perruna y no se resignan a hacer una oposición constructiva, como los votos le han ordenado. O gobierna el PP o todo lo demás no es democrático. Me recuerda tu jefe a aquel rey que decía: “El estado soy yo”. Cierto que la izquierda ha sido ingenua a la hora de mover ficha y eso le ha dado bazas a los tuyos, la derecha insurrecta.

—Pos por eso dice Feijóo que el asunto se aclara con nuevas elecciones.

—Eso quisiera él. Las elecciones se hacen cada cuatro años y el único que puede convocarlas es el Presidente y, por ahora, no tiene razón alguna para hacerlo. Los resultados económicos son buenos, por no decir excelentes, se han aprobado una serie de leyes de contenido social que mejoran las condiciones de vida de todos, incluidos los tuyos y la situación catalana está muchísimo mejor que cuando gobernaba el del puro, así es que no hay necesidad ninguna de nuevas elecciones.

Juan parece un poco abochornado ante esta última andanada del Cacaseno y se inclina hacia María en busca de apoyo:

—¿Tu qué opinas de todo este lío, María?

—A mí me dan mucha pena estas discusiones. Está el mundo del revés. Vengo encendía con lo de Afganistan, donde han prohibido a las mujeres estudiar, relegándolas a ciudadanas de segunda clase. Los extremismos fundamentalistas llevan a esos disparates. Y a nuestros políticos, sobre todos a los más azulones, creo que les vendría bien pensar en el bien común de todos y dejarse esas peleas partidistas que no nos llevan más que al perjuicio de los más débiles. Es innoble mangonear a la justicia para alzarse con el poder. Y más innoble que los jueces se dejen mangonear para mantenerse en el macho.

—Bien hablado, Tutuvía. Haya paz y concordia. Los quintos los pago yo, dice el doctor Mateo.

 

 

2 comentarios:

  1. Qué diálogo más bien hecho. Y qué buen fresco de la situación. Grande, Mariano.

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  2. Gracias, Rubén, un placer verte por aquí. Feliz navidad para ti y los tuyos. Un abrazo.

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