Los vientos de elecciones
han llegado a la tertulia con el tiempo desapacible de borrascas que cada noche
nos anuncia la tele. Los políticos aprestan sus armas, bizman las heridas de
los últimos casos de corrupción y se aprestan a lanzarse a la arena, unos para
morir matando, otros con la pretensión de colocar sobre sus sienes por primera
vez la corona de laurel.
—Llegó la hora de expresarnos democráticamente
y mandar a estos indeseables a donde les corresponde estar: en la cárcel o en
el olvido -arranca el Cacaseno que viene caliente de escuchar a uno de sus líderes
en la tertulia mañanera.
—Ya estamos con las generalizaciones, tú a
lo mismo, cortar cabezas y tabla rasa, responde Juan de la Cirila.
—Es que los de siempre parece que están muertos,
se han quedado obsoletos, unos y otros, siguen enviándonos los mismos mensajes
de toda la vida: que si los corruptos no son de su partido, que son casos
aislados, unos sinvergüenzas que pasaban por allí…
—Y se quedaron treinta años llenándose los
bolsillos y llenándoselos a los demás para que callaran…
—Que si van a hacer una ley de transparencia..
—A buenas horas, mangas verdes
—Que si los malos son los otros…
—En eso ultimo si te doy la razón –irrumpe Mateo
en el dialogo- estoy harto de que los unos me hablen de lo malos que son los otros
y de las chapuzas que han hecho. Deben creer que somos tontos de más. Yo quiero
que me presenten un programa serio…
—Para luego no cumplirlo
—Esa es otra, Cacaseno, en nosotros está
saber a cual hemos de creer y cual nos ha defraudado. Iba a decir que por eso
me gusta el muchachico ese catalán, que no se mete ni con unos ni con otros y
habla solo de lo que su partido quiere hacer. Me parece más prudente y más
elegante que los otros emergentes, aunque tampoco me fío, parece que son algo
opacos.
—Pues yo creo que no es momento de aventuras,
tal y como está el patio, con los millones de parados que hay, los separatistas
dando guerra y los griegos a punto de tomar las de Villadiego.
—Juan, no me vengas con lo de la estabilidad,
que los tuyos ya no tienen imaginación para recurrir más que al miedo. Que sepas
que la gente ya lo ha perdido y que se va dando cuenta de que se ha convertido
en un partido, carca, corrupto y en descomposición.
—¡Pos anda que el coletas!
—El fenómeno coletas se ha producido por culpa
de los vuestros, de los tuyos y de los de enfrente, que habéis dado lugar a
esta situación. El vapor de una olla cerrada, tiene que salir por algún sitio.
—Haya calma, muchachos, recuperemos nuestro espíritu
ecuánime y democrático.
—No te pongas fino, Fernández, que cuando empiezas
así es para soltar alguna de las tuyas ¿a que sí, Mateo?
—A mi no me metáis en líos que me sienta mal
el carajillo. Yo lo que digo es que si los dos grandes partidos siguen
empeñados en mantener campañas del mismo corte que siempre, con mensajes
obsoletos, tirando piedras al aire cuando ambos tienen el techo de cristal, mal
asunto. Los votantes ya somos mayores de edad, sabemos quién ha hecho las cosas
mal, y ahora lo que necesitamos son mensajes de futuro que nos ilusionen
después de la mala época que hemos pasado y que vamos a seguir pasando. Se les
está escapando el agua entre los dedos de la mano abierta.