—Nada
más lejos de la realidad –nos dijo al día siguiente. Lo único que digo es que
conviene investigar lo suficiente para que no nos la metan doblada, o dicho mas
finamente, evitar en lo posible comulgar con ruedas de molino, cosa altamente
desaconsejable para galillos sensibles. Es muy hermoso que tengamos mitos y
tradiciones, pero también que no perdamos de vista de donde y cuando vienen y les
demos la importancia que tienen; porque se corre el riesgo de aceptar esas
verdades ‘acientíficas’ como incontrovertibles, sin serlo. Ya lo hemos visto
con algunas de nuestras más queridas tradiciones.
—Hay
otros pueblos que se constituyeron antes y tienen más historia que nosotros.
—Desde
luego, hay algunos más antiguos que otros, para presumir de antigüedad, solo
hace falta remontarse al padre Adán y todos primos hermanos, blancos, negros
rojos y amarillos.
—No
apunto tan lejos, me refiero a otros pueblos de esta piel de toro que no
sabemos si ha de ser una o múltiple.
—Pues
ya conoces la historia. Todos queremos ser diferentes y si es posible, los más
antiguos, no sé para qué. Al fin y al cabo, terminaremos colonizados por los
americanos. Fíjate en lo que celebran los chiquillos ahora, la fiesta esa del
truco o trato y las calabazas con luces. Dentro de pocos años pensaran que eso viene
del tiempo de los Iberos y el que no lo celebre, motejado será de retrogrado y
acultural.
—Reconocerás
que hay regiones que entraron en la Historia antes que otras y arrastran más
poso de tradiciones y mitos.
—Si
lo dices por tus amigos catalanes, te recordaré que muchas de sus tradiciones, están
basadas en leyendas sin fundamento o en consideraciones pintorescas. El famoso pa
amb tomaquet se atribuye a los
trabajadores murcianos que excavaron el metro de Barcelona[1];
inventaron ese artificio para ablandar el pan, no siempre recién horneado. Hablábamos
de las vírgenes bizantinas propias de la mal llamada Reconquista; pues una de
las principales es la de Montserrat, cuya tradición la sitúa hacia el año 800,
en que fue descubierta en una cueva por unos pastorcillos, pero hasta el 11 de
Septiembre de 1844, no sería declarada oficialmente por el papa León XIII
patrona de la diócesis de Cataluña.
—¿Entonces,
la Virgen de la Merced?
—Algo
parecido a las de Murcia, pasaron de moda las bizantinas y aparecieron las
romanas. La Virgen de la Merced fue coronada canónicamente en 1886, cinco años
después de la de Montserrat.
—No
me negarás que los catalanes son más conservadores, respetuosos y amantes de
sus tradiciones que muchos otros.
—Líbreme
Dios de negarlo (ni de afirmarlo). Solo te digo que muchas tradiciones,
incluidas las catalanas, son bastante recientes y en muchos casos basadas en
leyendas poco fiables. Por ejemplo, las famosas cuatro barras no son
exclusivamente catalanas. Las evidencias más antiguas aparecen en los siete
sellos de Ramón Berenguer IV (+1162), conde de Barcelona y príncipe de Aragón,
datadas en 1150. La historia de Wifredo el Vellososo (+897) recibiendo el
símbolo de las cuatro barras de Ludovico Pio en su lecho de muerte, es preciosa…
pero inventada siglos después por Pere Antoni Beuter (1490-1555) en su obra Segunda
Parte de la Cronica General de España, según se han encargado de probar los
historiadores Martín de Riquer
y Menéndez Pidal de Navascués.
Las cuatro barras aparecen en las
armas de Andorra y en el escudo de las regiones francesas de Languedoc-Rosellón, Provenza-Alpes-Costa
Azul, Pirineos Orientales, Lozère, Formigueres, Latour-de-Carol, Le Perthus o
Barcelonette; también en las
provincias italianas de Reggio Calabria, Catanzaro y Lecce, y como
enseña abreviada en Nápoles, y
en otras villas y ciudades de América
Latina. Ya ves si son famosas y comunes.
Se nos ha hecho tarde hoy, en la próxima entrega te cuento lo
de la sardana y otras tradiciones.
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