No creo que el aborto sea una
buena solución. Seguramente es la única posible ante un embarazo no deseado y
no me cabe en la cabeza que ninguna mujer tome esa dura decisión de forma
inconsciente y mucho menos placentera. La educación sexual y los medios
anticonceptivos que la ciencia pone a nuestro alcance serían buenas medidas
para minimizar el problema, pero también a eso, de forma estúpida, se le pone
freno.
Es difícil llegar a un acuerdo
sobre el momento en que el “nasciturus” se convierte en persona. Nuestro
régimen jurídico dice que veinticuatro horas después del alumbramiento; algunos
pueblos primitivos creen que el ser empieza a vivir desde que los padres lo
concibieron en su imaginación; ciertas religiones postulan que el soplo divino
que ha de hacerlo trascendente acompaña ya al espermatozoide más veloz. Hay
teorías para todos los gustos, respaldadas por sesudos investigadores, lo
cierto es que la responsabilidad directa sobre la interrupción del embarazo es
de la mujer que se enfrenta a la cuestión y que debe ser ella la que decida, con
leyes de plazo, sin plazos o como el legislador proponga, después de hacer las
consultas pertinentes a los colectivos afectados. La ley, además de la
costumbre, debe recoger las exigencias de la sociedad, no los deseos de
confesión alguna, por sacrosanta que se considere. A los demás nos corresponde
apoyar y aplaudir las buenas decisiones del legislativo, y aquellas señoras a
las que su conciencia y honor les impida hacer uso de las facultades que la ley
les confiere, que no aborten y todos tan contentos.
Recordamos con bochorno las leyes
de hace años que “protegían” a la mujer, ese ser disminuido y en perpetua
minoría de edad a la que había que tutelar durante toda su vida. Estamos en
otra época, por fortuna (aunque a veces no lo parezca), en un país
aconfesional, según dice nuestra Constitución. En nuestras manos está lograr
que la Historia no sea cíclica.
Es vergonzoso, patético y me
atrevo a decir enfermizo que se propongan leyes como la del Sr. Gallardón, que
no responde a exigencia social alguna, que nos aleja del sentir de nuestros
países vecinos sin más razón que la de apaciguar a la parte más cutre, sotanil
y cavernaria del partido en el poder y que nos hacen retroceder a tiempos que
solo merecen ser recordados para no repetirlos. Primun non nocere.
Tendremos que esperar a que el
movimiento pendular propio de las democracias, nos libere de estas momias
ultramontanas y salva-espíritus-a-su-pesar, pero la desdicha es que, hasta
entonces, dejaremos entre las zarzas de la estupidez muchos jirones de la piel
de nuestra sociedad.
“¡Al abortaje!” es la consigna pepera para arreglar los bajos fondos.
ResponderEliminarY así nos va. ¿Veremos la luz al final del tunel? Aguantemos, por si acaso. Un abrazo.
Eliminarenvidio la Constitución aconfesional, no solo quedan jirones de piel en el camino, el fundamentalismo lo riega de charcos de sangre
EliminarLlevo a cuestas una polémica al respecto con nuestro buen amigo Emilio Cachorro. Le remitiré esta entrada tuya a ver si se rinde de una vez.
ResponderEliminarUn abrazo, maestro.
Lo dicho, jefe.
Eliminar"...hasta entonces, dejaremos entre las zarzas de la estupidez muchos jirones de la piel de nuestra sociedad".
ResponderEliminarQue arte tienes, jodio.
Cada uno en lo suyo, pollo, a ti no hay quien te eche la pata sobre la bici (ni sobre otras cosas), ya ves.
EliminarYa he retirado tu entrada del muro de Emilio.
ResponderEliminarAdemás de arte en tu estilo, como dice Eduardo, maestro, es cierto cuanto dices y rematas con una gran estocada en todo lo alto: René Favaloro. Es tan verdad lo que expresa que parece mentira que se plantee una ley represora más. Veamos, Mariano, ¿se obliga a las embarazadas a abortar? Pues mira, hasta donde yo sé NO. La Ley del aborto trata de remediar cultura que bloquean en la escuela, miseria y tradiciones abortivas asesinas, pláticas y sermones insufribles de quienes anatemizan los medios anticonceptivos... ¿será verdad que realizar sexo es malo para la vista? Yo creo que cura las cataratas de quienes no quieren ver que la existencia de una ley que previene a los más desfavorecidos de morir desangrados por matarifes, es un adelanto y no un medio para ir abortando sin ton ni son. El aborto es un trauma para la mujer. Cuando se realiza, exceptuando los casos nombrados por René Favaloro, tan reales como que en los años sesenta del siglo pasado ya se hacían viajes a Inglaterra... quienes tenían dinero, claro, es debido a una situación tan forzosa y traumática que es un último recurso que jamás debe ser penado ni siquiera relegislado con esta chapuza represiva.
ResponderEliminarSr. Ministro de Justicia, le dije en la entrada anterior que se dedicase a algo verdaderamente importante: empiece usted por el Código de Hammurabi para tener una legislación que penalice con equidad.
Tus temas, Mariano, me "sulibellan" y se me van los dedos
Un abrazo, Mariano.
Dejalos que se te vayan, que enriqueces estas modestas líneas. Un abrazo.
Eliminarhola amigo mio,yo tambien te adulare cuando crea que te lo mereces, ni que decir tiene, tu pluma sublime, y el cariño que te profeso. pero se os ve el plumero,que noo¡¡¡,que hay quien pensamos sin carne de afiliacion progre,que la justicia tiene que proteger lo indefenso,porque tambien hay, que las hay, caprichosas que lo utilizarian como la pildora, y mas si es gratis y lo cubre el seguro.
ResponderEliminarun disidente entre tanto fiel...jajaja
un abrazo grande
Mi querido amigo, ya te agradeceré la adulación, cuando se produzca, porque todos los elogios se quedan cortos, como dice mi amigo Manrique. En serio, solo procuro en este blog manifestar mi opinión y a veces no sé si llego a hacerlo con la claridad suficiente. Lo que si agradezco de forma extraordinario son las opiniones del signo que sean, con o sin carnet. Algunos de los que llegamos tarde a la Democracia, no tuvimos tiempo de hacernos mas que el del Real Murcia. En cuanto a la mala utilización de los medios terapéuticos, instancias mas altas hay que deben ocuparse del tema. Bienvenidos todos a este blog, especialmente los disidentes y de forma significada, tú entre ellos. Un fuerte abrazo.
EliminarBusco información sobre el, para mí desconocido, Rene Favarolo. Medico argentino nacido en 1923,con importantes aportaciones a la cirugía coronaria. Cuando las circunstancias le fueron adversas se suicidó pegándose un tiro. Mucho amor a la vida no parece tenerle, como muestran sus palabras y sus actos
ResponderEliminarBueno, ya era adulto. A lo mejor no le gustaba esto. En lo que dicen no creo que vaya descaminado. Un abrazo.
ResponderEliminarMás sobre el asunto, a ver si se caldea el ambiente.
ResponderEliminarJulián Marías (Sobre el cristianismo, Planeta testimonio,1998) " El niño no nacido aún es una realidad viniente, que llegará si no lo paramos en el camino. El hombre es siempre una realidad viniente, alguien siempre inconcluso, un proyecto inacabado, un argumento que termina en un desenlace. Por esto me parece que la aceptación social del aborto es, sin excepción, lo mas grave acontecido en es te siglo que acaba". Y si algún Perogrullo califica a Marías o a los que aprobamos sus ideas de facha, cavernícola, troglodita y otros piropos, pues.....frío frío, como el agua del rio. Los antiguos alfonsinos, como tú y yo, cuyos magníficos profes nos lanzaron a mirar lejos y volar alto sabemos que el tema supera y se escapa de devociones religiosas y afinidades políticas. Y desde Sócrates sabemos que existen casas donde crece la verdad sin adulterarse por himnos nuevos y exigencias sociales. Y que en esas casas cantan mas alto las alondras y crecen más rojos los geranios.
Perdona la extensión mi querido Mariano. Un abrazo
Perdonado y amén. Un abrazo.
EliminarNo debía de quererte, no debía de quererte... y sin embargo (lease cantando modo copla)
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EliminarQue jodío D. Álvaro!
Como siempre la justa medida es la ideal, pero hallar ésta se antoja harto dificil... me explico, aborto si, pero controlado y de calidad. gracias por compartir tus opiniones, un Abrazo
ResponderEliminarOtro para ti, sobrinazo.
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