Los fríos crueles que nos han azotado en los últimos días
han limitado la tertulia, pero como siempre que llueve escampa, la bonanza del
timido sol de invierno nos reúne de nuevo al amor de las tostadas y el café
mañanero en el hogar del pensionista.
El Cacaseno ataca con renovado brío:
—¿Oísteis ayer la tertulia de la radio?
Los contertulios asienten en silencio.
—¿Se cierra o no se cierra la cantera? Es uno de los
acuerdos del programa electoral de PSOE y Alternativa.
—Ya vienes empujando, Cacaseno. Sabes que ese es un caso viejo
y doloroso, cuyo solo enunciado levanta ampollas. Más vale dejarlo estar.
—Hombre, tío Juan, cuando no te gusta el giro que toma la
cosa, te pones de perfil, como tu jefe de Madrid, y las dejas pasar.
—No es eso, Cacaseno, es que no se puede jugar con el pan de
las familias que viven de la cantera.
—No confundas el culo con las témporas, el que vive de la
cantera es el empresario, García-Balibrea, que lleva en situación ilegal
cuarenta años haciendo su agosto gracias a los agarres que tiene en el gobierno
de la comunidad. Es un negocio ilegal, y un tribunal ha corroborado la orden de
cierre del Ayuntamiento, así es que ciérrese.
— ¿Y si luego le autorizan la actividad?
— ¿Cuarenta años después? Pues que le reclamen al juez que
la ha autorizado. Ya estamos con el fantasma del lucro cesante, a ver si acojonan
al ayuntamiento y se están quietos, como todas las anteriores corporaciones. Mira
lo que le pasó a Gil, que las pasó canutas por meterse con ellos. Luego lo
absolvieron de prevaricación, pero el daño estaba hecho y, que yo sepa, nadie
le ha pedido excusas.
—No me cambies el tercio. El verdadero problema es para las
familias que podrían quedarse en la calle. Lo único en que si te doy la razón
es que no entiendo la postura de los partidos, (o partido, porque el PP también
les cerró la planta de hormigón y autorizó el cierre en 2009, según creo), que
se manifiestan a favor de la continuidad, como si esa actividad representara
algo bueno para el pueblo.
—El tercio lo cambias tú, el problema es el de una actividad
ilegal, que pretende cargarse la parte de la sierra de Orihuela que nos
pertenece (en la otra parte, protegida, no tendrían nada que rascar), para lograr
un beneficio empresarial, que es el único objetivo de cualquier empresa. Por lo
que se refiere a los trabajadores, se les ofreció en su día mantenerles los
puestos de trabajo haciendo de la cantera un vertedero de estériles o algo por
el estilo, y rechazaron la oferta.
—Hombre, no iban a morder la mano que les da de comer.
El asunto se encrespa, como se encrespan todas las
‘tertulias’ donde se manifiestan intereses encontrados, sean del tipo que sean.
Fernández interviene:
—Señores, tengo la solución: se cierra la cantera, como dice
el juez. El empresario ya habrá hecho a estas alturas las perras necesarias, se
convierte la zona en una reserva para la tortuga mora, en peligro de extinción,
y se da, con ello, un puesto a los trabajadores cesantes.
— ¿Y por qué para la tortuga mora?
—Porque tener tortugas moras (testudo graeca) está prohibido, si te coge el SEPRONA con ellas te
las quita y te pone un multazo, luego las llevan al Centro de Recuperación del Valle
y las sacrifican. ¡Toma castañas y conservación de la especie!
—Oye, pues no me desagrada esa solución. Será cuestión de
hablarlo.