Por fuentes generalmente bien informadas, me llegan
noticias de que echa Ud. de menos los comentarios que otrora le hacía llegar
con cierta regularidad. Sirva el presente para enmendar el yerro (producto de
otros afanes editoriales) y reanudar nuestra fluida correspondencia unilateral.
Quiero seguir animándolo a mantener la estrategia del
tancredismo que tan buenos resultados le ha proporcionado hasta ahora. Y de paso,
su famosa piel de elefante, tan celebrada por su colega europea. Que ladren
mientras, impasible, sigue cabalgando sin desperdiciar inútiles miradas a
derecha o izquierda. Oculto tras el plasma, estoy seguro de que es Ud. capaz de
detectar la verdadera situación socio-política del país mucho mejor que otros a
pie de calle. Los españoles, que probablemente están condenados a no desechar
jamás su minoría de edad, son los que, al final, con su voto, corroborarán una
actuación impecable que consiste, precisamente en no actuar. Ese es el
‘busilis’ de la cuestión, que a los más espabilados no ha de pasar inadvertido.
Debo felicitarle por los recientes nombramientos de
su nuevo gobierno, en especial por el de la Sra. Cospedal, inmejorable
candidata al Ministerio de Defensa, donde es seguro que con su habilidad para
tomar las decisiones en diferido parcialmente, ha de conducir a nuestras fuerzas
armadas a las más altas cotas de la gloria militar. Seguro que los de uniforme están
dándose a estas horas con un canto en los dientes.
¡Y del Sr. Fernández Díaz, que diremos! Inmejorable
candidato a la Comisión de Peticiones, por más que las malas lenguas lo tachen
de intrigante de pacotilla al dejarse grabar como un principiante mientras
elaboraba complicados planes de espionaje, propios de una ópera bufa.
Créame, Sr. Presidente, los que siempre hemos estado
a su lado (o detrás de Ud., porque no se sabe a ciencia cierta donde se ubica
en cada momento), seguiremos prestándole nuestro apoyo incondicional, a la espera
de las migajas de prebendas con que esperamos ser regalados. Haga oídos sordos
a la oposición coletera, que a la otra ya la tiene dócilmente conquistada. Y si
no se avienen a razones, elecciones con ellos, y a conquistar la añorada
mayoría que le permita gobernar de nuevo sin tantos pactos ni zarandajas. Los
españoles necesitamos eso: mano dura y firme, que si no, nos volvemos
ingobernables. La historia del último centenar de años nos lo ha demostrado de
forma palpable. Y si se ha de recortar, se recorta, preferentemente en sanidad
y educación, que de ambas estamos sobrados, y todas las exageraciones son
nocivas. Como complemento, alguna ley que cercene la libertad de prensa, que
tendemos a confundir la libertad con el libertinaje, como dijo aquél.
Con qué, ánimo y a perseverar en su línea. Como ya le
he comentado en alguna ocasión, una política parecida siguió nuestro monarca
Felipe II y mire que buenos resultados obtuvo. El país se fue a hacer puñetas,
pero él será recordado para siempre como ‘Rey Cristianísimo’. La historia al
final, pone a cada uno en su sitio y estoy seguro que a Ud. le reserva un lugar de privilegio.
Atentamente:
Muy apropiado, querido Mariano
ResponderEliminarGracias, Antonio. Lastima tener que escribir estas chorradas!
ResponderEliminarLa ironía, don que tan sólo los dioses conceden a cerebros inteligentes, no analógicos, sino de HD.
EliminarUn abrazo, Juan. Y gracias por tus visitas!
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