Señor presidente: en la línea de nuestra habitual correspondencia, le transmito algunas de las inquietudes de mis contertulios del Hogar del Pensionista, en la confianza de que, como todas mis anteriores, ésta ha de servir para su mejor conocimiento de lo que se cuece entre el pueblo llano, lo que sin duda redundará en mayores éxitos (si cabe) de su feliz gobernación.
Sostiene Paco el Cacaseno que lo del Presidente del Consejo General del Poder Judicial es una sinvergonzonería.
- Ese tío es un fresco sinvergüenza, os lo digo yo.
Fernández, contemporizador, intenta apaciguar
- Presunto, Paco, presunto.
- Ni presunto ni leches, un fresco que se ha estado inflando a mariscos con “su amiguito” a costa de los recortes, durante meses.
Juan de la Cirila, respetuoso con las instituciones y algo meapilas según las malas lenguas del rojerío, interviene
- No te amontones, Cacaseno, que el hombre por lo que se ve, iba a Marbella a trabajar
- Si, a trabajarse la parte de atrás. A mí me importa poco a lo que fuera, ni si tiene amigo, amiga o perrito que le ladre, lo que no me da igual es que fuera con los cuartos de todos y encima que se ría de nosotros diciendo que es una miseria. Pues que la pague él, si es una miseria. De los dineros públicos, todos tienen que dar cuenta, del primero al último. Menuda faena le ha hecho a Zapatero, que lo nombró y a Rajoy que lo aceptó. Un fresco, os lo digo yo. Si la justicia está en manos de tipos como este y encima es tan lenta que no sirve para nada, apaga y vámonos. No me vale que dimita, había que haberlo destituido, como se expulsa de una empresa a quien hace mal uso de los caudales que se le encomendaron.
- No es un buen ejemplo, no –dice Fernández-. Estas cosas denigran a toda la sociedad. Corren tiempos desdichados. Hasta en el Vaticano se están aireando los escándalos y las corruptelas. Cuando allí vuelan los cuervos, mal asunto.
- No meterse con el Papa –tercia el de la Cirila- que el pobre se ha encontrado en el Vaticano un nudo de víboras, que diría el otro.
- ¿Que otro?
- Pos uno que escribía, mi nieto tiene el libro en la mesilla.
- No te pongas literato que no te pega. Lo cierto es que entre los curas pederastas, los obispos argentinos bañándose con “sobrinas” de impresión, las finanzas del Banco Ambrosiano, la negativa a pagar el IBI y las declaraciones de obispos y obispillos como las de nuestro inefable monseñor Planes que no suscribe el documento de sus correligionarios Basta ya de desahucios a las familias por ser “asunto complejo”, la iglesia católica suelta, en los últimos tiempos, un sospechoso tufillo a caca. O no, Juan?
- Pues sí, pero es que solo tenéis ojos para la iglesia, como si fuera la causante de todos los males. Peor es lo de Bankia, y las otras cajas, digo yo.
- Peor en el aspecto monetario –salta Fernández-, desde luego, mucho peor. Pero lo de la iglesia y los órganos del Estado es destructivo desde el punto de vista moral, hace que se tambaleen las bases de la sociedad y que perdamos la confianza en las instituciones que tanto tiempo ha costado conseguir. Es como los recortes en educación, en sanidad y en el mundo laboral; en poco tiempo se están destruyendo logros que costó décadas conquistar. Fijaros que más del 30% de la población de nuestra Comunidad Autónoma, vive ya por debajo del umbral de la pobreza. Y no sabemos dónde puede llegar esto.
- Eso no es culpa del Gobierno, están intentando enderezar lo que se encontraron.
- No digas tonterías, Juan. Las Comunidades tenían todas las competencias y si se endeudaron muy por encima de sus posibilidades es solo responsabilidad suya, lo demás son cuentos de Martínez-Pujalte, que se cree que somos gilipollas y nos tragamos sus ruedas de molino.
- No me negareis que al frente del gobierno de Valcarcel hay “un partido de gente honrada, transparente y que no tiene nada que ocultar”, como ha manifestado el Presidente en la Junta Directiva Provincial del Partido.
- Me voy por no tomar más pesambre – dice Fernández apartando la silla.
- Y yo contigo - añade el Cacaseno.