—Bueno, Pedrito, ya está, 20 añicos y tu COU
aprobado. ¿Y ahora qué?
—Pues, si te parece, a la universidad.
— ¿A cuál?
— A la UMU
— ¿Y qué piensas estudiar?
— Historia, Historia del Arte o las dos, depende.
—Pero vamos a ver, Pedrito, si te has tirado tres
años para sacarme el COU recurriendo a profesores particulares y a varias
academias, ¿Cuánto tiempo piensas que te va a llevar una carrera como esas que
dices, que no te van a servir más que para dar clase en la universidad? ¿No
sabes que esos puestos están ya copados por el sistema endogámico de los docentes?
—Hombre, yo…
—Ni hombre ni leches, te diré lo que vas a hacer: te
matriculo en una universidad privada, que puestos a gastarme las perras, allí
por lo menos me garantizan un buen resultado. Vas a estudiar Ciencias Políticas,
que al menos sirven para algo.
—A mí Políticas no me gusta.
—No me gusta no me gusta, a ti te gusta lo que te dé
de comer, ¿o no?
—Hombre…
—Ni hombre ni mujer. Mírame a mí, que no hice más que
el graduado escolar, y el puestazo que tengo en el partido. Hay que arrimarse a
la teta, Pedrín, te lo he dicho mil veces.
—No si yo…
—Tú haces lo que yo te diga y todos contentos, hazme
caso y verás cómo tengo razón. Acabas Ciencias Políticas, de eso me encargo yo,
que tengo mis contactos y con perras todo se puede arreglar. Mientras, te meto
en las juventudes del partido, en una pedanía cuyo alcalde me debe algunos
favores; una vez al mes te acercas a las reuniones para que te vayan
conociendo. En cuanto acabes la carrera, te enchufo en mi despacho de la Consejería
de lo que sea, y ya a partir de ahí, el porvenir es diáfano. A procurar que el
partido siga gobernando, que así habrá teta para todos. Tú, oír ver y callar. Y
a apoyar al jefe a toda costa. Mientras siga él, seguiremos nosotros. Luego, ya
te buscaré alguna cosilla mejor, en una concejalía donde haya molla, educación,
sanidad o lo que es mejor, urbanismo. En esa corren las perras y ya se sabe, el
dinero es como el agua, por donde pasa, moja. Tú en segunda fila, como yo,
donde no se te vea mucho ni salgas en los periódicos, eso es para los que le
gusta la fanfarria, pero cuando vienen mal dadas son los que caen. Y con tu cacito
bien puesto, que si se pierde un euro te caiga dentro.
—Pero papa, eso es corrupción ¿Y si me pillan?
—No digas tonterías, ¿Cómo te van a pillar?, eso lo
hace todo el mundo. Si te pillan -que no te pillarán-, para eso están los
amigos, se inhabilita a los jueces, se oculta la caja negra, se le quitan los
medios a la justicia para que no puedan operar hasta que los casos prescriban y
se pueda aducir dilación indebida. Y en último caso, nos quedan los indultos.
No te preocupes que lo tengo todo previsto. ¿Qué te parece el plan?
—Que empieza a gustarme esa carrera, papa.
¡Ojalá se tratase del maravilloso país de Alicia! Pero no, se trata de la triste realidad de este país maravilloso. Un saludo, Mariano.
ResponderEliminarOtro pata tí, amigo Jesús.
EliminarSi por allá llueve por aquí no escampa, Mariano. Lo corruptos buscan perpetuarse en el poder pasando sus mañas de generación en generación para desangrar al país y llenar sus arcas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa es la triste realidad. Nos qeda la protesta, mas o menos soportada por la ironía. Gracias por pasarte por aquí, Rafael.
EliminarMe quedo perplejo ante tal radiografía de la psique de Pedrito, o M.R… Qué triste es experimentar la mediocridad moral, por la impotencia y porque muy pocos aportan cierta actitud ética practica. ¿Qué nos queda por hacer a los carentes de recursos (todo lo contrario a Pedrito)? Juntarnos y apoyarnos. Y cuando eso no ocurra. Alzar la voz aunque seamos los únicos que gritan.
ResponderEliminarAsí es. Espero que la bala no se pierda del todo.
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