Dice Fernández, a propósito de las elecciones catalanas, nada
más llegar a la tertulia.
—Pues ahora, nada –le contesta el Cacaseno-, la gente ha
votado lo que le ha parecido oportuno (por cierto, con una buena afluencia) y
todos han ganado, como en todas las elecciones. Es cuestión de interpretar los
números como a cada uno le parezca, ¿no, Juan?
—Pues no. Una cosa son los números, e interpretarlos de
forma torticera, otra. Se engaña quien quiere. Lo que está claro, es que la
mitad de los catalanes, más o menos, quieren la independencia para Cataluña, y
la otra mitad, no. Esa me parece la cuestión de base. Cómo se ha llegado a esta
situación es lo que me parece interesante de averiguar, y si eso es
circunstancial y reversible, más interesante todavía. Puede que esa fuera la
noche de ‘Esta noche, la libertad’ y que veamos otro Pakistán.
—Pues ya sabes cómo se ha llegado a esto: con el mismo
descontento que las actuaciones del gobierno del PP, con la mayoría que nunca
debimos darles, han causado en el resto de las comunidades de España, solo que
los catalanes pueden interpretarlo como culpa del enemigo exterior y los demás
no tenemos esa opción.
Tercia el doctor Mateo, después de acabar su media con
tomate:
—Creo que si Mas y Rajoy se quitaran de en medio, que los
dos están amortizados, la situación podría revertirse, porque no acabo de ver
una Cataluña independiente. Y si estoy equivocado, pues nada, que soliciten la
independencia, que constituyan un país aparte y luego ya estableceremos, de
forma bilateral y libre, las relaciones que hayamos de mantener en el futuro y
ellos con Europa. ¿No, tío Juan?
—Amortizados, no sé. Rajoy parece tener intención de
presentarse a las próximas, y Mas, se apunta el éxito del sí.
—Detrás de Junqueras, no te lo pierdas de vista. Ese lo
tiene agarrado por salva sea la parte, y no olvides que los separatistas del CUP
han puesto como condición que él no sea candidato, aunque no me extrañaría que
dijeran digo donde dijeron Diego. Esos se dan la vuelta cuando les conviene
—De todas formas, el disparate, por culpa de unos y de otros
ha sido mayúsculo: unas elecciones que son plebiscitarias sin serlo, una
agrupación medio política medio ciudadana que saca mayoría de escaños, una
mayoría de votos no secesionistas en un ‘plebiscito’ en el que no valen los
votos sino los escaños; una coalición de partidos burgueses tradicionalistas
con anticapitalistas, sin programa, líder, ni planteamiento de futuro que no
sea la secesión. No sé cómo hemos dado lugar a tamaño disparate.
—Y mientras, los políticos dedicándose a esos juegos de
salón, gritándose unos a otros y diciendo insulseces de platos y vajillas, como
en los tiempos de peras y manzanas. Y sin que nadie gobierne. Los Pujoles y
otros corruptos de esa laya, deben estar tan contentos. Mientras rula, no es
chamba. Ya veremos donde acaba esto.
—¡Dios nos coja confesados!
Yo francamente no entiendo, se supone que una nación es un todo y que la unión hace la fuerza,,, pero, bueno, vaya un a saber las intenciones de los ´promotores del asunto.
ResponderEliminarUn abrazo.