Igual que las golondrinas anuncian
la primavera, la aceleración de las obras emprendidas o por emprender, las
medidas prometidas y nunca acometidas, las subvenciones atrasadas y las
promesas incumplidas, se reactivan con un ímpetu nunca visto que anuncian próximas
elecciones. La condición política, poco proclive al rubor, anuncia sin empacho
la próxima realización de todas esas medidas intentando convencernos –sin
demasiado éxito- de que esa es la tónica normal de su mandato. “Hemos de
trabajar”, “estamos trabajando”, “no paramos de trabajar”, nos anuncian a bombo
y platillo, como si esa no fuera la actividad cotidiana de los que tenemos la
suerte de poder ejercerla y la que se les exige a ellos de oficio, la cosa más
natural del mundo.
“Garre tira la casa por la
ventana”, anunciaba Manuel Buitrago en el periódico hace pocos días. Y
enumeraba el paquete de medidas anunciadas por nuestro presidente comunitario
en un intento –supongo- de anestesiar el descontento secular que el largo –extraordinario-
dominio de un partido hegemónico en esta región ha engendrado: 402.000€ para la
ITV. de los edificios; 400€ para los profesores de idiomas; 8,6 M.€ para
rehabilitación de viviendas; 50 M.€ para devolver la paga extra a los
funcionarios, y un largo etc. que ocupa toda una página. Como si esas medidas extraordinarias no hubieran tenido que
ser las normales para la buena
gobernanza, que es su responsabilidad.
El mismo periódico describía, con
documentada minuciosidad, las polifacéticas actividades de nuestro alcalde murciano, capaz de realizar extraordinarias actividades de alta gama en un prodigio de
ubicuidad que haría palidecer a Fr. Martín de Porres. Lo cual no le impide
vivir sin tocar durante años sus cuentas corrientes, atendiendo a sus gastos cotidianos
con el pequeño estipendio recibido en mano por prestar su donosa figura en
algún consejo de administración. Que lo imputen por corrupción es minucia que
no le impedirá obtener un acta de diputado que le blinde ante la justicia.
Uno, en su ingenuidad, piensa que
es posible que estos señores que han escogido la política como actividad
exclusiva de su vida laboral, deben creerse, como los Brahmanes, salidos de la
cabeza de la divinidad, con derecho a enriquecerse extrayendo de la teta común
lo que a ellos se les antoje, y que los demás, pobrecitos, hemos salido de
otras partes menos nobles de Brahama. Es como si vivieran en una galaxia
diferente y distante a la de los demás mortales.
Y lo grave del caso es que no son
ellos los culpables (de la corrupción y la poca vergüenza sí), sino el resto de
los ciudadanos que, con nuestro voto libre, los hemos colocado donde están sin
arbitrar los necesarios mecanismos de control. Somos culpables, con el
agravante de reiteración.
Por fortuna, no hay mal que cien
años dure y, periódicamente, tenemos la ocasión de remover poltronas y prestar
nuestro apoyo a nuevos movimientos todavía sin contaminar a los que deberemos
instalar los necesarios frenos que la experiencias anteriores nos han mostrado
imprescindibles.
En nuestras manos está.
Bueno... voy a intentarlo otra vez. Le decía, Don Mariano, que si tendría la gentileza de poner una reseña de mi blog POEMAS ESTEPARIOS en este suyo, tan genial y actualísimo, que sigo y leo desde hace algún tiempo gracias a nuestro amigo común José A. Mira. La URL del blog es como sigue: http://poemasesteparios.blogspot.com/
ResponderEliminarJuan, te agradezco mucho tu interés y tus visitas. He colocado un enlace de tu blog en mis favoritos. Un saludo.
EliminarPor fin. Es que he estado poniéndole dos... tres comentarios que no sé porqué motivo no han sido publicados. Le decía que me encanta como escribe usted. El estilo, la agilidad y la ausencia de pretensión. Lo que lo hace doblemente interesante. Enhorabuena y a seguir con su labor! Un abrazo.
ResponderEliminarTengo ganas pero no lo haré, Mariano. Sólo diré que sí, es cierto, tenemos la oportunidad de provocar un giro a esta desvergüenza que sonroja y, a pesar de ello, se sigue votando mecánicamente. Es inconcebible si tenemos en cuenta la potencialidad racional que tenemos los humanos pero, al mismo tiempo, comprendo las consignas que quedan estancadas, como viejos árboles que ya no dan fruto, en la mente de quienes las cree. Asistir a una reunión sobre cualquier aspecto que une a grupos en torno de un bien común, favorece la comprensión de la pasividad e intereses que inducen a dejar caer los brazos sin fuerza ante unas elecciones. En una de ellas, tras largo debate acerca de presupuesto, gastos, cobros, y realizaciones anuales, se determinó votar a la nueva junta rectora. Nadie expresaba su opinión y el silencio se escuchaba. En un momento, ya largo, uno de los asistentes que no había intervenido ni había expresado opinión alguna, dijo: "Pero si va a ser siempre igual, ¡que sigan los mismos!" Y esa fue la votación, Siguieron los mismos. Al cabo de un año fueron denunciados por la catástrofe en la que habían introducido al grupo. La moraleja es sencilla; cada vez que se refuerzan en la nada del poder, más lejos se encuentran de una realidad a la que maltratan deshonestamente. Cuando se separan de quienes le han dado la confianza para trabajar, no lo hacen pero sí lo cobran,,, y un largo etc. ¿Por qué tener miedo a un verdadero sentido de la realidad? ¿Cómo es que la pobreza se ha adueñado de millones de conciudadanos? ¿Por qué nos mienten? ¿Tan difícil es documentarse correctamente?
ResponderEliminarUn abrazo, Mariano.
Dice Manrique, que lo que más le ha gustado de esta entrada ha sido tu comentario. A mí tambien. Gracias y un abrazo, Antonio.
EliminarHe de reconocer que tu entrada es magnífica Mariano, pero los comentaristas la bordan. Aquí se crea un ambiente maravilloso para deleitarse y aprender, vuestros puntos de vista y conocimientos siempre me sorprenden.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde luego que la bordais, Yashira, lo mejor de este blog son sus visitantes! Un abrazo.
ResponderEliminarChapeau! Se dice así, pues eso.
ResponderEliminarBesicos, amigo
Gracias, Carmen. Un abrazo.
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