Pepito esperó a que llegara el
médico para servir las tostadas y los cafés. El tío Cacaseno venía con ganas de
gresca.
—Al final escurriste el bulto,
Mateo, no me quedó claro lo de Podemos.
—Ni a mí tampoco, Cacaseno, no hay
nada claro en estos tiempos de tribulación, solo que nos han defraudado,
mentido y robado a manos llenas. Que nos han metido en deudas que pagarán
nuestros nietos si es que esto no se va al carajo antes, y que ni
autopistas, ni trenes soterrados ni aeropuertos inútiles.
—Pues vaya panorama nos pintas ¿Qué
podemos esperar?
—Esperar, no. Hacer, pensemos en
que podemos hacer.
Silencio.
—Pues yo no veo que lo hayan hecho
tan mal los que nos gobiernan, tampoco Europa les dejaba hacer otra cosa
–apunta Juan de la Cirila.
—No te engañes, Juan, siempre se
pueden hacer las cosas de otra manera, Europa puede obligarnos a recortar
porque lo nuestro era un disparate, pero se puede recortar en muchas cosas
antes que en las cuestiones sociales.
—Eso se dice pronto, Mateo
—No, eso se dice y se hace, se
puede recortar en gastos de administración, menos políticos con tarjetas, más
control de bancos y cajas, ejército reducido a sus justos términos, menos
subvenciones a entidades privadas y a las confesiones religiosas; más ayudas para
investigación, sanidad y cultura, que es lo que diferencia a unos pueblos atrasados de
otros punteros. Se ha rebajado el nivel cultural de este país hasta límites
impensables. Basta salir al extranjero y ver cómo andan en Europa, y a ellos
también les han recortado, pero siguen llevándonos una gran ventaja en lo que a
educación y cultura ciudadana se refiere. No te digo nada de los de más al
norte.
—Puede que tengas tu razón, pero
como se vive aquí…
—Aquí vive bien el que vive bien. Nosotros,
que nos apañamos con cuatro cuartos y que aún podemos quitarnos media paga para
socorrer a los que tenemos en paro alrededor, pero hay demasiadas familias sin
recursos, demasiados desahucios y demasiada gente que tiene que dedicarse a la
economía sumergida para sobrevivir. Eso no engendra más que picaresca y
deterioro social
Mateo, el Don Mateo de un Centro de
salud de barrio hasta que ha cumplido los sesenta y cinco y le han dado la
cuenta, calla un poco avergonzado. Quizás ha entrado con demasiado ímpetu en la
tertulia.
— ¿Como lo ves tú, Fernández?
—Que quieres que te diga, Mateo, triste
pero cierto. Lo que no le veo es la punta.
—Aquí lo que hace falta es la
Republica, a grandes males grandes remedios. Hay que cortar por lo sano.
—Tampoco es eso, Cacaseno, lo que
hace falta es transparencia de verdad, que los grandes partidos asuman que se
han quedado obsoletos, que es imprescindible una campaña de regeneración
democrática a nivel nacional y por consenso, quizás poner al día la
Constitución, arreglar el asunto de las
nacionalidades y volver a conquistar el aprecio de la ciudadanía. Separación de
poderes total y efectiva y dotar al aparato judicial de medios para que sea
eficaz. Y el que la haga que la pague, pero de verdad, el tío a la cárcel y los
cuartos de vuelta al cajón.
—Sí, estamos de acuerdo, pero
¿Quien le pone el cascabel al gato?
—Esa es otra.
La tertulia, hoy, se ha disuelto en
silencio.
“Sí, estamos de acuerdo, pero ¿Quién le pone el cascabel al gato?”…Una pregunta tan eterna como retorica....Ya no sucede como con aquel General que duro 4O años. Sólo había “que esperar ”a que la Naturaleza siguiera su curso.. y así fue...Murióse de ancianidad...y aunque su espíritu fue enquistado en la Constitución actual vía FRAGA en el Parador Nacional de Gredos, la "cosa" por natural geográfico e histórico, que no impelido desarrollo, ha ido trayendo lo que ha traído hasta aquí…...Pero ya no basta “con esperar”…Ya nadie puede morir para que la cosa cambie.…Ahora hay que joderse y pensar. Pensar y votar… Ya depende de nosotros: “la naturaleza” nada pinta en esto... ¿Quién le pone el cascabel al gato?...Está claro…!!NOSOTROS!!.
ResponderEliminarPues no sé si hemos avanzado mucho, Nicolás.las preguntas retóricas siguen, como siempre, sin respuesta. Si aguantamos 40 años antes, es posible ue la historia se repita. Suerte que no lo veremos...
EliminarEntonces, Mariano… ¿tú crees que podemos creer que puede que podamos?
ResponderEliminar¡Ah!, y me apunto, si puede ser, a lo del carajillo con Antonio "El Bamboso".
Un saludo.
Creer es imprescindible, Pepito, el asunto es en qué. Cuenta con el carajillo, aunque sea a mi costa.
EliminarSí, Mariano, debe ser un silencio que provoca que la mente quede tratando de trazar caminos que, pudiendo hasta ser asfaltarlos, nunca se han diseñado. Un silencio que emplean con nosotros quienes debían ser los contertulios de todos los ciudadanos. El cascabel se pone, sin despertar las malas artes del gato, con solo quitar la bolita que hace de sonajero, sí, esa gentuza que, creyéndose con una inmensa patente de corso, han desequilibrado todo un montaje que nos ha costado muchos años de trabajo ilusionado. La tertulia de hoy habla del presente pero para poder hablar de ese presente se debe tener en cuenta que es el futuro de un pasado de indecentes e inverosímiles acciones chulescas que el viento del tiempo ha arrastrado y amontonado justo en la mesa del almuerzo.
ResponderEliminarUn abrazo, Mariano.