—¿Preguntas
por el verdadero dios? ¿No sabes que solo hay uno, el creador de los cielos y
la tierra como muy bien dice el Génesis, el primero y más importante de los
libros sagrados? No busques más, todos los otros son falsos. Solo las tres
hipóstasis, Padre, Hijo y Espíritu Santo son auténticas, como prueban
innumerables testimonios y certifica la fe de más de mil millones de personas. ¿Tú
crees que si no fueran verdaderos, podría equivocarse tanta gente al mismo
tiempo?
Quedé
bastante convencido, pero desde pequeño me aconsejaron no detenerme en las
primeras matas. Pregunté a un judío.
—Que
cuestión más absurda. ¿No sabes que solo hay un dios, cuyo nombre no debe
pronunciarse jamás, al que llamamos Iahvé, el primero y más antiguo de todos,
el que dio a Moisés las tablas de su ley en el monte Sinaí, el que nos escogió
como su pueblo elegido y nos sacó de Egipto conduciéndonos a través del desierto
hasta la tierra prometida? Más tarde, en época romana, los idolatras le
inventaron un hijo, mitad dios y mitad hombre, pero eso son fantasías. Iahvé es
el verdadero Dios, como muy bien dice la Toráh, único libro verdadero. Nuestra
religión es sencilla, nos regimos por los 248 preceptos positivos y los 365
negativos, legado del Rabí Moshe ben Maimón. Somos pocos, en comparación con
otras religiones, pero los mejores, los escogidos por Jehová.
Con
dos opiniones contrapuestas, parecía conveniente acudir a una tercera fuente, así
es que recabé la opinión de un musulmán.
—Solo
hay un dios, Allah y un profeta, Mahoma, el último, el sello de todos los
profetas. El Corán es el único libro verdadero, porque no fue escrito por
hombre alguno sino por el arcángel Gabriel, inspirado directamente por Dios y
trasladado a Mahoma, que lo cogió con su mano diestra, la reservada desde
entonces a los menesteres más dignos. Judíos y cristianos están muy cerca de la
verdad, pero fue necesario que viniera El Profeta para indicarnos el verdadero
camino, desechar las prácticas idolatras de los anteriores y enseñarnos los hábitos
profilácticos necesarios para alcanzar el Paraíso. Nosotros no necesitamos
leyes humanas, porque el libro sagrado (que solo debe leerse en árabe) las
contiene todas. Más de mil millones practicamos los Cinco Pilares del Islam y
estamos en posesión de la única verdad.
El
asunto no solamente no se aclaraba, si no que se complicaba cada vez más, así
es que recurrí a un hindú.
—Dioses
verdaderos hay muchos, busca en los antiguos vedas y los encontrarás.
Dentro del hinduismo, todas las tendencias tienen cabida, hay ideologías
politeístas, monoteístas y panteístas pero de forma general, se acepta una
triada formada por Brahma, Visnú y Shivá. Brahma es el creador del universo visible, sujeto a ciclos de creación
y destrucción, detrás del cual hay una existencia eterna y sin cambios a la que
se llega después del ciclo de reencarnaciones (samsara) al que están
sujetos todos los mortales. Más de 900 millones de seres humanos creen en la
verdadera religión y es imposible que tanta gente permanezca en el error desde
el 600 aC.
Pregunté
a un japonés y me dijo:
—No
sabría decirte exactamente, yo practico una religión universal dentro de las
que se dan en mi país: rezo, quemo incienso o dejo notas con plegarias en el
primer templo que me sale al paso, budista, sintoísta, cristiano, taoísta o de
Confucio. Creo que todas esas prácticas tienen el mismo efecto: tranquilizan mi
espíritu. No sé si hay una religión verdadera ni me interesa. Para mí todas son
útiles, jamás discutiría con nadie por este motivo.
Cada
vez más perplejo, consulté con un budista
—A
que budismo te refieres? Somos 1600 millones los que seguimos las enseñanzas de
Sidarta Gautama, el Sakyamuni, pero por vías diferentes: los tibetanos
utilizan molinillos de oraciones y elevan stupas, los Rinzai practican el koan,
repitiendo mantras a la manera de los Hare Krisna, los de la rama Zen meditan sobre
sí mismos sentados en la postura del medio loto. Y todos siguen al Buda, cuya
esencia se encuentra en cada uno de nosotros.
Decidí
no seguir preguntando.
Gracias por no seguir preguntando...¡Qué bueno eres!
ResponderEliminarSobrados vamos con respetar y quedo de acuerdo total con el japonés:"Jamás discutiría con nadie por este motivo". ¡Tampoco de política ni de fútbol! Ahí es na...Abrazo
Pues te has parado en el mejor momento
ResponderEliminarPues te has parado en el mejor momento
ResponderEliminarTratas el Budismo un poco a la ligera. Es algo más complejo. Yo soy budista desde hace cinco años, y he realizado dos cursos del programa de estudios budistas, y te puedo asegurar que, aparte las diferencias de escuelas, que no están nunca enfrentadas, no es algo tan simple. Algún día lo hablamos.
ResponderEliminarSeguramente tienes razón, no era mi intención menospreciar el budismo, forma de vida que respeto como a cualquier otra. La necesaria brevedad del artículo no permitía mayor espacio ni profundidad (ni era la intención). Lo que intentaba era poner de manifiesto la diversidad de creencias, todas respetables, y sobre todo lo excluyente de cada una de 'las verdades' respecto de las demás. Releyendo el post, no creo que haya nada irrespetuoso sobre el budismo, al que también me he acercado. Sí que me gustaría que algún día lo habláramos. Muchas gracias por pasarte por aquí.
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