Los pinganillos, ya de uso común en todos los medios audiovisuales, han llegado al Senado. Y se ha armado la trifulca. Que si los nacionalismos, que si las lenguas autonómicas, la cooficialidad, la inmersión lingüística, etc. Mi amigo Fernández, ex emigrante a Cataluña y polemista empedernido, lidera nuestra tertulia vespertina enseguida.
- Yo creo que todo lo que sea pluralidad, nos enriquece a todos. Me recuerda esto cuando Borges se alegraba, en una entrevista, de poder leer a Cervantes en castellano, a Nietzsche en alemán y a Shakespeare en inglés. Hablaba, además, francés, latín, italiano y portugués. No digo yo que todos tengamos que llegar a ese extremo (ni que podamos), pero sí que conocer otras lenguas es útil y provechoso. Más si son de nuestro propio país. Yo tuve suerte de poder aprender alguna en mi juventud, entre ellas el catalán. Y os aseguro que leer a Pla en su idioma es cosa que todavía me divierte; o entender lo suficiente de “Tirant lo Blanc”, escrita en el valenciano de la época.
Tercia Genaro, que se sitúa a la contra, sea cualquiera el tema de que se trate.
- Pero tú crees que hay alguna necesidad de que, teniendo un idioma común, con los tiempos que corren es prioritario que se organice este bochinche que cuesta 12.000 € por sesión?
- Pues te voy a decir. En este asunto creo que hay más una cuestión de oportunidad que de fondo. Por un lado estoy de acuerdo con la reivindicación que de las lenguas minoritarias se hace, colocándolas en el plano cultural al mismo nivel que el castellano. Agravios históricos que todos conocemos, bien merecen esta compensación. Pero por el otro, tenemos la suerte de disponer una lengua común, en la que podemos entendernos todos sin mayores complicaciones. Especialmente en los espacios comunes. Encontraría perfectamente lógico que se estableciera un sistema de traducción simultánea al castellano en un foro catalán, gallego, vasco, o incluso valenciano, pero me parece un poco forzado el uso de pinganillos en un espacio común, por más que sea Cámara territorial (inoperante hasta el momento, por otra parte).
- O sea que ni sí ni no, como siempre.
- No, Genaro, no. Digo que todas las partes tienen la suya de razón. Pero creo que se exacerban más los problemas que tocan ciertas cuestiones de lo que es el problema en sí. En lo que sí estoy de acuerdo es en que resulta un momento inoportuno para una cuestión que me parece menor menor. ¿Tú ves la tele valenciana, el canal nou?
- Pues sí, aquí en el pueblo llega la señal muy bien, además echan buenas películas de vaqueros.
- ¿Y tienes algunas dificultad en entender lo que dicen, aparte de las películas en castellano?
- Hombre, cuando hablan en valenciano, no lo entiendo todo.
- ¿Pero a que entiendes más que al principio?
- Eso sí, que tampoco soy tan burro. Además, muchas cosas las dicen en español.
- Español no, todas esas lenguas son españolas.
- Bueno, pues castellano.
- Pues ahí voy, que solo con buena voluntad y sin tantas reticencias de principio, esos problemas se van diluyendo hasta desaparecer. Basta viajar por el País Vasco, Galicia o Cataluña para, hablando castellano, no encontrar ningún tipo de dificultad. Por lo menos esa es mi experiencia. Todo lo demás son manipulaciones de nuestros políticos que nos tratan como si fuéramos tontos de baba.
- Por algo será.
Nos quedamos todos pensativos. Y cambiamos de conversación.
Alvaro de Prado:
ResponderEliminarPues es una muy buena iniciativa el proteger, promocionar y usar las lenguas que nos enriquecen, ahora bien, es normal que los dos principales "peros" sean el gasto ocasionado en tal período de crisis y crispación social en lo que al menos a economía se refiere, y el otro el de ser tan poco práctico de no usar una lengua común en un foro territorial donde todo el mundo comparte el castellano, convirtiéndose este sitio en una pequeñisima caricatura de la torre babilónica.
Conclusión personal: No es práctico y no viene en buen momento económico.
totalmente de acuerdo
ResponderEliminarEstamos de acuerdo en que si vamos a Cataluña o al país vasco y usamos el castellano, normalmente no vamos a tener problema, sobre todo con gente educada, entoneces, me pregunto, ¿por qué tiene que haberlo en el Senado? Si eso es un reflejo de la calle o de la realidad española, ¿en qué quedamos? ¿Iremos a Cataluña o la país vasco también con pinganillo?
ResponderEliminarAdemás, en toda traducción simultánea existen inevitables pérdidas en el contenido, ¿por qué hay que enterarse de un 80%, que es lo estimado en las traducciones a tiempo real, renunciando al 100% que sería lo ideal? Todo por no usar una lengua, que, por lo visto, la inventó Franco.No nos damos cuenta de que si un dictador hace 70 años, tomó determinadas medidas que hoy día no se justifican,repetir los errores, jugando a la inversa, nos hace perder un tiempo precioso en nuestra evolución y en nuestra eficacia.
Y mientras unos lo llaman tolerancia, otros se sienten presionados como si fuera algo dictatorial. ¿Y no será que mientras la gente habla de estas cosas, los verdaderos intereses de los políticos son muy distintos?
Por otra parte, no entiendo por qué todos los países tienen un idioma que los identifica y caracteriza, así Fracia, el francés, Alemania, el alemán,Italia, el italiano (independientemente de su origen geográfico y de que coexistan otras lenguas ) y en España haya que sentir vergüenza o timidez por decir español al idioma oficial de todo el estado.
Los diccionarios internacionales bilingües (francés-español, inglés-español...) no tratan al español de castellano. Sólo en España negamos lo que es universal.
Y para concluir, habría que saber qué políticos son los que convierten a unos y a otros en tontos de baba porque algunos creen que los suyos los hacen más listos y lo triste es que mientras juzgan deficientes a los que no piensan como ellos, en sus propios razonamientos se ahogan de tanta inteligencia como han acumulado , siendo fieles adeptos sin opción a crítica.