¿El fin del conflicto?
Veinte años son muchos para que un conflicto armado permanezca latente sin que las condiciones que lo desencadenaron hayan sufrido una modificación sustantiva. Dos generaciones han visto la luz desde que se produjo; las circunstancias políticas y sociales de las partes y de los países del entorno poco se parecen a las de aquellos tiempos, y las soluciones posibles en la actualidad tienen que buscar formulas viables dentro de esta situación, tan diferente a la del inicio.
El conflicto, la guerra, se planteó entre lo que parte de los saharauis consideraban la invasión de su territorio y lo que Marruecos y Mauritania creían un derecho legítimo de ocupación en virtud de la cesión de administración que les había hecho la potencia colonizadora, España.
Transcurrido todo este tiempo, desde el alto el fuego en 1991, sin que las resoluciones de la ONU sirvan para nada, las posiciones siguen más o menos lo mismo. Reuniones y más reuniones en América o donde convenga sin otro resultado que declaraciones de buena voluntad, como mucho.
El FP. se mantiene irreductible en su reivindicación independentista, con referéndum previo. Pero ¿De verdad alguien cree que en la actualidad sería posible un referéndum? ¿Como se haría el censo? ¿Entre los ciudadanos que hoy habitan la región? Todas las fuentes coinciden en que un 75% son “colonos” del norte llegados a partir de “la marcha verde”, empadronados allí y con derecho a voto desde el punto de vista marroquí.
¿Hacer un censo solamente de los saharauis? ¿Cuales? ¿Los de Marruecos, los de Tinduf, los de Europa? ¿Todos ellos? ¿Los del censo español de 1974? ¿Los nacidos en todas esas partes desde entonces y hoy mayores de edad? ¿Los anteriores al conflicto?... Ya se intentó en su día y fue imposible completarlo. ¿Hoy sería más factible? No parece probable.
El camino de la guerra, cuya amenaza surge de vez en cuando, parece más un recurso dialectico que una realidad factible. No es probable que los dirigentes del FP. estén en condiciones de volver a las duras condiciones de la guerra en desierto treinta y cinco años después y no creo que las generaciones actuales estén animados del mismo espíritu que aquellos fieros beduinos, llenos de fervor guerrero y acostumbrados a las duras condiciones de un terreno inhóspito, que lucharon sin cuartel contra Marruecos. Los tiempos, incluso en el desierto, han cambiado.
Marruecos propone la vía autonómica. Puede que no sea la mejor de las soluciones, pero es la única que se perfila posible, aún a largo plazo. Sin duda acarrearía un largo proceso en el que muchas instituciones del estado actual se verían sometidas a revisión. La experiencia española, por más cercana (a pesar de sus indudables diferencias), es una muestra de las dificultades que semejante proceso entraña y de lo que tarda en culminarse con un éxito relativo.
Lo que ha quedado claro, a lo largo de estos años, es que si no se emprende un camino de negociación, con todas las dificultades que ello comporta, esta situación puede perdurar otros treinta y cinco años o más, sin ningún problema. La paciencia de Marruecos es infinita. Y los únicos realmente perjudicados son los que todavía se encuentran bajo las jaimas, en Tinduf, malviviendo de los subsidios mientras estos duren y deteriorándose lentamente como personas y como pueblo.
"La paciencia de Marruecos es infinita...." pues ya te digo si es infinita :-). Te felicito por tus textos, transpiran rigurosidad histórica e imparcialidad, a más de uno le vendría bien leerlos para calmar los animos
ResponderEliminarNo termino de entender la “manía” de querer democratizar Marruecos a costa del pueblo y del territorio Saharaui, “Marruecos propone la vía autonómica. Puede que no sea la mejor de las soluciones, pero es la única que se perfila posible, aún a largo plazo. Sin duda acarrearía un largo proceso en el que muchas instituciones del estado actual se verían sometidas a revisión.”
ResponderEliminarSeñor Mariano, si tanto deseo tienen de que Marruecos evolucione democráticamente (ojala y así sea, su pueblo lo agradecerá), empiecen por enseñarle a sus estructuras de poder el verdadero significado de esa palabra tan prostituida como es “Democracia” y a la vez corríjanle si se equivoca, pero no les consientan los abusos, como hicieron en la antesala de la II guerra mundial con Alemania, a la cual le permitieron la invasión y masacre de Polonia, mientras ustedes (por los gobiernos Occidentales), miraban para otro lado y no se atrevían a plantarle cara, el pueblo saharaui no será la nueva “Polonia” del expansionismo Marroquí “Nazi”. Al fin y al cabo eso era un mal menor, la miopía fue mayúscula, y en estos momentos usted al que tanto le gusta la historia, parece repetir el mismo error, al considerar que los saharauis somos una buena moneda de cambio para “democratizar Marruecos”, parece mentira que ustedes no se molesten ni en preguntar a los saharauis sobre su futuro, solo los ningunean de un lado para otro, mientras ustedes los occidentales “civilizados” resuelven el problema desde sus despachos y acogedoras casas.
Creo un sinsentido pensar que el ansia expansionista Marroquí, se saciara con la anexión definitiva del Sahara, ¿Qué ocurrirá después?, recuerde sus palabras “la paciencia Marroquí es infinita” y sus ansias de expandirse también, por lo que ¿qué paz les espera a sus vecinos?, Argelia, Mauritania, España. Quizás usted y yo no veamos esos problemas, porque desaparezcamos físicamente, pero menuda herencia para las generaciones futuras.
Sean ustedes consecuentes y no piensen a tan corto plazo, dejen de tratar al pueblo saharaui como a unos beduinos atrasados, acompañen a las partes si desean, pero hasta el día que sepan colocar en el mismo nivel de interlocución al gobierno saharaui y al gobierno marroquí, frente a frente. Hasta ese día, ustedes seguirán siendo unos hipócritas.
Y para terminar, solo una pequeña aclaración, cuando usted dice que estas generaciones de Saharauis no son las mismas de aquellos fieros beduinos, tiene usted toda la razón del mundo, estas generaciones, han superado a sus progenitores en todos los aspectos, y se han adaptado a este mundo cambiante con una velocidad increíble, ¿y sabe usted una cosa?, para ningún saharaui supondría un “trauma” el volver a los orígenes de nuestro pueblo con el fin de defender lo nuestro. No lo olvide usted señor Mariano, ese error lo han cometido muchos a lo largo de la historia y luego lo han pagado muy caro.
Salek Jatri Andala “El Ninserani”