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martes, 23 de abril de 2013

MOROS Y CRISTIANOS (II). Traiciones y emboscadas.


En el asedio de Zamora, el rey Sancho de Castilla, llamado El Fuerte, halló la muerte. Dice la leyenda que a manos de un traidor llamado Bellido Dolfos. Los historiadores que solo se fían de fuentes seguras, opinan que hay poco de verdad en esa leyenda; tan poco como en el hecho de que Rodrigo Díaz de Vivar, a la sazón escudero distinguido de Sancho, hiciera jurar a Alfonso que no había tenido parte en la muerte de su hermano, ni de que el destierro del Cid se produjera en ese momento, como ya se vio en la entrega anterior. La historia que nos cuentan, a veces, parece un poco falluta.
El tercero en discordia entre los hermanos, García, aprovechó la confusión del momento para recuperar su trono gallego, pero en 1073, el taimado Alfonso lo atrajo con engaños a una reunión en el Castillo de Luna. Allí lo dejó, aherrojado, hasta su muerte en el año 1090. Poco después, Alfonso se anexionaría los territorios de Álava, Vizcaya, Guipuzcoa y La Bureba, adoptando en 1077 el titulo de Imperator totius Hispaniae, lo que quizás resultaba un tanto presuntuoso si tenemos en cuenta que media España estaba en manos de las taifas musulmanas.
Precisamente para enmendar esa situación, Alfonso inició una serie de campañas encaminadas a presionar a los moros logrando que, ante la amenaza de guerra, las taifas, que eran más bien acomodaticias, se avinieran a pagar tributos (parias) con tal de que las dejaran en paz. Algo parecido a lo que años más tarde pondría en práctica la mafia siciliana con notable éxito.
Por esta época encontramos a Rodrigo Díaz de Vivar a partir un piñón con el rey Alfonso, una vez pasados ya los episodios guerreros de Zamora y Galicia en los que probablemente se había ganado el nombre de “campeador”, el que combate a campo abierto. Tan buenas relaciones tenia con el rey que este le arregla, en 1074, el matrimonio con Jimena Díaz, noble bisnieta de Alfonso V de León. Con ella tendría Rodrigo tres hijos: Diego, María y Cristina.
Las taifas de Sevilla y Granada, gobernadas por los reyezuelos al-Mutamid y Abdalá ibn Buluggin respectivamente, estaban mas entretenidas en pelearse entre si que en luchar contra los cristianos. Ambas gozaban de la protección de Alfonso, que envió al Cid a defender al-Mutamid del ataque de Abdalá, al que reforzaban las importantes mesnadas de un noble castellano, García Ordóñez. El Cid venció a los enemigos de al-Mutamid en la Batalla de Cabra e hizo prisionero a García Ordóñez. Probablemente en ese lío de todos contra todos, moros y cristianos en un totum revolutum, se inserta el descontento del rey Alfonso con el Cid, que, ya metido en harina, se había dedicado a saquear en beneficio propio la zona oriental de la taifa de Toledo. Taifa que también pagaba onerosas parias al rey para evitar precisamente esos desmanes y cuyo rey al-Qadir se le quejó a Alfonso amargamente. “Tanto pagar protección para qué”, dicen que le dijo.
En vista de que el caballero campeador se le había desmandado más de la cuenta, el rey lo desterró por tiempo indefinido. Y fue entonces cuando al destierro con doce de los suyos –polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.


Pero aún quedaba mucha madeja por desliar. Paciencia.
Ah! Y feliz día del libro!

13 comentarios:

  1. Mi interés, Mariano, es más grande cada capítulo. Son múltiples las razones: ¡Vaya Reconquista más chunga!; todos buenos mientras paguen y mejores si ayudan en la guerra; ¿los campeadores se corrompían también? y por último, es claro que la sangre de los nobles debe ser azul ... como debía ser verde la sangre de la desalmada abuela de la cándida Eréndira.
    Maestro, cuando tengas que poner deberes, no te cortes que te sigo. Excelente, didáctica y verdadera Historia. Gracias, querido amigo.

    Un fuerte abrazo, Mariano.

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    1. Gracias, D. Antonio, me alegra que estas pequeñas miscelaneas historicas sirvan al menos para dibujar sonrisas en labios eruditos de tu categoría. no creas que es facil aventurarse en estos farragos sabiendo quien los lee. Un agradecido abrazo.

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  2. A toro pasado, sirvan estas apostillas.
    a) filológica: el sobrenombre de “campidoctor o campeador” se lo ganó Rodrigo tras ser el paladín del rey Sancho en la ordalía contra Navarra por Pazuengos.
    b) chocarrera; Bellido Dolfos llevó a Sancho a ver un postigo por el que podría entrar en Zamora y aprovechó una necesidad fisiológica del rey para matarlo.

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    1. Gracias, mi distinguida profe por las acertadas apostillas, que añado reverente al acervo inacabable de mi ignorancia. Un abrazo.

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  3. El Asilo ¿El nombre es al azar? me remite al exilio, soy Argentina, y si Moros y Cristianos se trata las historias son múltiples. Independientemente de las fuentes que describe, como escritor sabemos que desde la oralidad a la escritura pasaron unos siglos. Interesante es que estado en el siglo XXI seguimos leyendo: El Cid Campeador, El Conde de Lucanor et de Patronio, etc., ¿Por qué un libro se clasifica cómo clásico? Aquí están las respuestas. Gracias por permitirme participar, Laura Cortez

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    1. Bienvenida, Laura, y espero que esta no sea tu ultima visita, serás siempre bien recibida. El nombre del Asilo no es casual (como casi nada en la vida), forma parte del primer capitulo del primer libro que publiqué y en él se explican las razones del título. en la pestala de "Desde el Asilo" en este mismo blog, la encontrarás. Un abrazo.

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  4. Estimado Mariano: soy un devoto aficionado a la Historia. A través de Alberto Caride he podido contactar con tu Blog y te leo asiduamente.

    Me gusta cómo y lo que escribes. Te pido permiso para difundir estos capítulos en otros ámbitos. Creo que todo el mundo debe tener la oportunidad de leer cosas tan sabrosas como estas.

    Un abrazo, con mi admiración.

    Manuel.

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    1. Por supuesto, Manuel, todo lo que hay en este blog es de uso publico, naturalmente citando la fuente. Tampoco eso es muy importante, si alguien prefiere vestirse con plumas ajenas, peor para él. Aqui me tienes para lo que gustes mandar. Un abrazo. Y muchas gracias por tus palabras.

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  5. Hola, Mariano:

    De una manera muy agradable nos conduces por los caminos de la historia, gracias.

    Perdón por el comentario eliminado,

    Un abrazo.

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    1. Bienvenido desde tan lejos, Rafael. Me alegro de poder ser util en mi modesta medida. Yo tambien te visito, pero no encuentro las opciones para compartir en Faqce o en Twiter. Un abrazo.

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  6. "El Duero cruza el corazón de roble
    de Iberia y de Castilla.
    ¡Oh, tierra triste y noble,
    la de los altos llanos y yermos y roquedas,
    de campos sin arados, regatos ni arboledas;
    decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
    y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
    que aún van, abandonando el mortecino hogar,
    como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!
    Castilla miserable, ayer dominadora,
    envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora".
    (Antonio Machado)

    No se por que Mariano, al leer hoy tu comentario me ha venido a la memoria el verso final de este poema....!sera por lo del polvo y el sudor ese..!

    Un abrazo Mariano,y como siempre decirte que es un placer leer y "ver" tus comentarios.

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  7. Gracias Nico, un placer, como de costumbre.

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