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viernes, 20 de mayo de 2011

NO CON MI VOTO



Señor presidente del partido en el gobierno y señor presidente del partido en la oposición:

Como modesto votante convocado a las urnas cada cuatro años, les dirijo estas líneas por si sintieran Uds. algún interés en conocer mi opinión al respecto.

Debo manifestarles, en primer lugar, mi descontento y vergüenza cuando les veo, una vez entrados “en campaña” trocar sus hábitos de costumbre por desenfadados atuendos, como si en este periodo quisieran parecer personas diferentes a las que fueron durante el tiempo que se les concedió para gestionar la cosa pública de la mejor manera que supieren. También, que acompañen al cambio de indumentaria el de la voz, y que se desgañiten como posesos en los actos públicos mil veces retrasmitidos, pensando sin duda que el auditorio se ha vuelto repentinamente sordo o que por más gritar les ha de acompañar la razón. En un ejercicio de infantilismo que recuerda al lobo de Caperucita, intentan hacernos creer que son personas diferentes a las que conocimos. Debo comunicarles desde ahora, que no me interesan sus mensajes y que no cuenten con mi voto.
En segundo lugar, considero afrentoso que basen sus campañas en contarme los defectos “de los otros” en lugar de presentarme, de forma ordenada, educada e inteligible sus programas de gobierno, dado que me considero, a partir de la mayoría de edad que alcancé en su día, capaz de tomar decisiones por mí mismo.
En estas elecciones de candidatos a la administración local, me interesa conocer los logros de mi Ayuntamiento y Comunidad; su estado de cuentas; el salario de mis gobernantes y su situación patrimonial antes y después del cargo; los proyectos de futuro que tienen para mi pueblo y mi región; si piensan limitar su mandato a una, dos o tantas candidaturas como el cuerpo les aguante, etc., cosas todas, que no he oído mencionar a ningún candidato. No me interesan sus batallas partidistas, ni que me excluyan de la otra mitad de la población si decido acercarme a “los unos” o a “los otros”. Siento vergüenza cada vez que oigo hablar de “ellos” como si se tratara de extraterrestres y no de ciudadanos tan respetables como yo mismo. Y no quiero ser enemigo de ninguno de mis compatriotas por más que discrepe de sus posiciones en muchas, pocas o ninguna cosa.
Hemos tenido mucha suerte en este país a partir de la transición, pero el desdichado bipartidismo al que nos han abocado hace que malbaraten Uds. las energías, que no les sobran, más en machacar al partido contrario que en gestionar, como se les encomendó, el gobierno de la nación y sus relaciones exteriores de forma eficaz y ordenada. Nos han vuelto a los desdichados tiempo de las dos Españas, lo que estoy seguro, nadie entre la población desea. Se dan Uds. costosos “baños de multitudes” a mayor gloria de sus personas y de los pelotillas y clientes que los jalean con fervor, solo útiles para exacerbar sus egos, ya de por si magnificados, sin obtener ningún resultado apreciable, pues es bien sabido que los asistentes a esos mítines son los ya convencidos, transmutados en jaleantes profesionales y agitadores de banderas.
Ítem más, emplean dinerales ingentes, en estos tiempos de feroz crisis, en campañas a mayor gloria de candidatos a los que no reconocerían ni sus progenitores una vez tratados, sin el menor pudor, por el fotochop que convierte a venerables patriarcos y patriarcas en tímidos adolescentes y adolescentas.
Mantienen, de forma vergonzosa y pertinaz, una ley electoral que impide a partidos más pequeños, pero democráticos e igualmente dignos que los suyos, representar con alguna posibilidad de éxito a muchos de los que no queremos vernos atrapados entre Escila y Caribdis.
Por eso, permítanme decirles, con todo el respeto que a ambos les tengo, no porque se lo merezcan sino porque faltárselo a Uds. seria faltármelo a mí mismo, que les deseo toda suerte de éxitos en estas elecciones, pero no con mi voto.

6 comentarios:

  1. De acuerdo, Mariano.

    A pesar de ello, la escala de vergüenza es perfectamente mensurable.
    En "unos" es mucho mayor que en "ellos", nombre con el que bautizó el tercer presidente del partido más nefasto de la democracia española al partido gobernante.

    Creo que los líderes con pies de barro que
    jalean a amigos del alma, "supuestos" corruptos e insufribles mediocres vacíos de capacidades políticas, deberían reflexionar sobre su deber ético de desaparecer del "escenario" que tratan de crear para refocile de sus "actuaciones".

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  2. Permítame que le diga que su carta es el discurso más coherente que he oído durante este tiempo de campaña electoral, y, como hoy es jornada de reflexión, su misiva me ha llevado a estas conclusiones.

    Como Ulises y los suyos, conseguiremos pasar indemnes entre Escila y Caribdis, entre sus mortales remolinos marinos, y sus seis cabezas provistas de afilados colmillos, que, como acertadamente apunta, han sufrido un marketing estético y foniátrico, y sobre todo manipulador, que pretenden que veamos a la ninfa Calypso o a alguna bella sirena.
    Y mire usted, sirena no sé si alguno conseguirá verla, pero oír sus cantos embrujados que arrastran hasta el fondo del océano, oirlos, se oyen. No obstante, avezados lobos de mar que en estos días han tomado tierra, afortunadamente avisan a los navegantes del fatídico encanto de estos cantos de sirena.

    Ítaca ya se vislumbra allá a lo lejos y las intrigas de los pretendientes de Penélope también, como tan acertadamente ha descrito en una campaña electoral agresiva, vacía, sucia y en la que, como ciudadana, mi inteligencia se siente insultada ante las actuaciones de estos pretendientes que se han limitado a despellejarse mutuamente y a no presentar ninguna actuación real en sus programas, dirigida a un pueblo que representan y que sostiene sus privilegios; privilegios que ningún otro trabajador tiene.
    Así que, he sido Penélope como usted, pero no solo de noche sino también de día, destejiendo un manto a la luz del sol y a la luz de la luna, con la mayor celeridad que mis manos han podido tener, ya que no quiero casarme con ninguno de estos pretendientes que, abusan de Ítaca y de la paciencia de sus habitantes.

    Dicho esto, solo me resta decirle que me sumo al contenido tan dolorosamente real y tan tristemente patético, de su magnífica carta, que al leerla no he podido dejar de sentir vergüenza ajena.

    Me temo que la próxima parada del lunes sea la Isla de los Lotófagos. Aunque siempre se puede virar el rumbo en esta Odisea...

    Un abrazo.

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  3. Gracias, Antonio. Estoy todavia digiriendo la ultima entrada de tu blog. Tengo que estudiarlo con mas detenimiento para atreverme a hacer un comentario, pero te prometo que, en cuanto reuna conocimiento suficiente, te lo hago. Un abrazo.
    Marisa, me remito a lo dicho en el correo. Gracias.

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  4. Bravo, Mariano, que estos señores no se merecen el voto de la gente honrada.
    Un fuerte abrazo.

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  5. Pues ya ves, Isabel, en que ha acabado la cosa. El futuro se presenta incierto. Espero que tu periplo vaya bien, ya nos veremos. Gracias por pasarte por aqui.

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  6. Se puede decir más alto, pero no más claro. Un placer leerte siempre, Mariano.
    Besos

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