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martes, 29 de noviembre de 2011

OCRES JUMILLANOS


Dedicado al Club Thornton y muy especialmente a Mariano Feced.

Es probable que tengáis suerte y atesoréis, como yo, buenos amigos que un día os conviden a una excursión de objetivo fundamental: contemplar los ocres de las viñas jumillanas en el mes de noviembre.
Puede que la excursión incluya una visita al convento franciscano, joya del S.XVI escondida entre las fragosidades de la sierra de Santa Ana, abuela de la Virgen, a la que los jumillanos consideran como de la familia.
El convento, al que oiréis llamar erróneamente monasterio (sabido es que los franciscanos no son orden monástica), fue en sus inicios Colegio Seráfico y casa de noviciado. Hoy, reducido a parca comunidad, duerme su sueño de Fafner guardando multitud de reliquias: tallas de Salzillo, Roque López y Juan de Juanes, cuadros de Muñoz Barberán, el hermoso pozo del claustro que convida al silencio, el "Madroño de San Pascual" plantado a finales del siglo XVI y una nutrida biblioteca que cuidan con esmero los pocos frailes que los avatares de los tiempos modernos han respetado.
Se cuentan muchas leyendas, todas verdaderas, sobre cristos tiroteados e ilustres huéspedes que a lo largo de los siglos ha albergado el convento: San Pascual Bailón, los padres Juan Mancebón y Salmerón, el beato Andrés Ibernón, algunos escritores y artistas de no menor relevancia (José Martínez Ruiz Azorín, José Luis Castillo Puche), etc.
Llegado el mes de noviembre, el fresco aire serrano se percibe de forma cortante y los habitantes del llano que se acercan a la zona cautivados por los buenos vinos y unas exquisitas paletillas de cabrito al horno sienten, después del ágape mariano, inundado el corazón de la pax et bonum franciscanas y una ligera envidia (pasajera) por la bonhomía que aquellos santos varones esparcen a su alrededor.
Pero antes, una excursión a la fértil planicie permitirá que contempléis en arrobo silencioso, los hermosos tintes ocres que las viñas van trocando por el verde estival que enmascaraba, amoroso, los dulces granos negros y amarillos.
Mientras dejáis derramar la vista por el anchuroso valle repleto de colores cambiantes, algún cuñado próximo, de espíritu sensible, os hará reparar en “la hermosa simbiosis entre la viña y el olivo” y aprenderéis a mirar ese trozo de naturaleza con ojos nuevos, como sucede cuando alguien más entendido os muestra los misterios escondidos en “Las Meninas”.

Es posible que entonces, como yo, encontréis el autentico sentido a las palabras leídas hace tiempo:
Entre cosas, animales y hombres existe una fatal incomunicación. Nuestro sentir estético, atributo del espíritu, tiende a traer al mundo la continuidad del origen, pretendiendo hacer del universo un todo fluido y comunicado, una simpatía. Cuando esta tendencia encuentra un medio apropiado, el Espíritu realiza su vocación, y llega a comunicarse descaradamente con la materia y la humilde vida interior. (Asklepios, Miguel Espinosa)


16 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Descubrir el color que encontramos a nuestro alrededor de boca de alguien que dirija nuestra mirada, es un placer y una sorpresa tan importante como bella.
    Sí, Mariano, es una suerte poder contemplar la sinfonía de colores de un campo duro, despejado, en esta estación que compite con el impresionismo.
    Tradiciones, gastronomía y belleza paisajística, conforman en nuestra tierra murciana unas características únicas. Es una suerte poder verla y disfrutarla. A veces, nos es tan familiar que no la apreciamos pero siempre está ahí, esperándonos.
    Me alegro de vuestras vivencias irrepetibles y espero un relato exahustivo.

    Un fuerte abrazo, Mariano.

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  3. Nos quedan bastantes cosas por descubrir, por lo que cuento con vuestra generosa compañía para ir completando el periplo; repetiremos la visita al Convento y lugares mas emblemáticos de mi pueblo adoptivo, al tiempo que sigamos haciendo los honores a los productos de la tierra. Todo esto pierde totalmente el sentido, si no se comparte con los amigos. Muchas gracias por vuestra compañía. Un abrazo.

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  4. Tiene dicho el poeta que “Elocuente será el otoño, más elocuente la mano que lo recoja”. Tu mano Mariano lo ha conseguido en esta entrada con imágenes y texto. Al final, con la música elegida y la extraordinaria cita que traes de Miguel Espinosa, nos hace llegar desde tu texto y en la contemplación que tu y otro señor realizáis en esa magnífica fotografía “que nos obliga a mirar”, a esa hermosa “comunicación” con la materia donde el tiempo permanece. Un abrazo Mariano.

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  5. Quizá sea una suerte dibujar en ese sentido, ya que creo que vemos las cosas con otros ojos, al igual que les pasará a los aficionados a la fotografía.
    Espero tener algún día amigos de esos, aunque probablemente me guste más que me invite a esos vinos de Jumilla y a esos cabritos, que a enseñarme monumentos, jeje. Bueno, si es todo también estará bien.
    Saludos.

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  6. Estimado "marianosanz", ese cuñado sensible del que hablas, dijo "alegre simbiosis". Has mejorado la cita y a partir de ahora, con seguridad, dirá "hermosa". Más adecuado.







    2

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  7. Estuve una vez en ese convento, con la guía impagable de un fraile políglota y cultísimo que se ofreció amablemente a hablarnos de cada una de las particularidades que atesoraba el edificio, desde la imagen de "La Abuelica" hasta la variedad botánica que algunas veces nacía de lugares tan extraños como el pitorro de un botijo, cosa jamás vista.
    En cuanto al paisaje...me enamoró, pues siempre los miro con ojos de pintora y de novelista, porque quieras que no escribir novela es otra forma de pintar.
    Me ha encantado encontrar esta entrada.
    Un saludo cordial

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  8. Mira que eres bucólico, y hasta lírico, cuando te pones.
    Ya habrás adivinado que me ha gustado la entrada, tan delicada en la descripción del paisaje y paisanaje.
    Me alegra vuestra alegría, porque os quiero a todos.
    Imagino a Mariano Feced haciendo de guía. Seguro que borda el papel.
    Un abrazo.

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  9. Y yo tan lejos de tantos otoños, con lo mucho que me gustan todos...

    Gracias :)

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  10. Solamente deseo añadir a tu espléndida entrada que Don Lorenzo Guardiola Tomás, a la sazón suegro de Mariano Feced, escribió un magnífico libro titulado: "EL MONASTERIO DE SANTA ANA, Evocaciones, leyendas y milagros". Obra indispensable para el visitante del Santuario.

    He echado en falta alguna referencia al Presidente del Thornton Club y Decano de la Tertulia del Belluga. Él fue el que promovió y organizó el viaje y, además, acuñó una ya célebre frase -"Ojear la rojez de la hoja"- que deja en mantillas a la tan celebrada del cuñado: "simbiosis de no sé qué con qué".

    Un abrazo.

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  11. Queridos todos, os agraezco enternecido vuestra atencion al pasar por aqui, a Antonio que tan bien interpreta mis no siempre habiles palabras a la hora de describir sentimientos; a Mariano, principal artifice y motor de la ilustrativa, gastronomica y feliz excursión; a Nicolás, con el que espero estrechar lazos andando el tiempo; al amigo Joker, que aporta su juvenil y desenfadado aire, tan necesario a este blog; al cuñado Paco, chispa desencadenante y motor del comentario; a Rosa, que nos ha acompañado en la excursion con su fertil imaginacion de novelista; a Isabel, que me hace enrojecer imaginando recursos poeticos que me gustaria poseer; a Alma, cuya pena por la lejanía comparto; y al Presidente y Director General del club Thornton, decano y aglutinador permanente de la tertulia de Belluga y alma de exquisita sensibilidad, cuyo indispensable papel en el evento, por evidente, no he resaltado lo suficiente. Renuncio aqui y en este momento a la anodina frase "la hermosa simbiosos entre la viña y el olivo", para adoptar desde ahora y el futuro la mucho mas ingeniosa "ojear la rojez roja", fruto del inmarcesible ingenio de nuestro presidente y alma mater, cuya vida G.D.M.A. Vale.

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  12. Cómo me gustan estas palabras con sabor a miel. Qué poco cuesta tratarnos bien y resaltar sin tacañería alguna los muchos méritos del otro.

    Y permítame que le corrija. No es "Ojear la rojez roja" sino "Ojear la rojez de la hoja". Lo que me soplaron al oído Apolo y su coro de musas no debe de ser alterado.

    Un abrazo, maestro.

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  13. Mariano, preciosa y evocadora entrada.
    No te preocupes por el Sr.Thornton. Ya sabes que es un poco celosón.
    He sabido de buena tinta, que se están preparando elecciones, a los distintos cargos del Club Thornton. El problema está en ver quien tiene bemoles a presentarse, pero algo es algo.

    P.D. Que bien nos han dado de comer anca el Eduardo y la Santa (doblemente santa).

    Un abrazo.
    Pepe

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  14. Con sumisión acepto. Yo ya sé que no tengo ni caudal ni hacienda pero no había necesidad de llamar a mi frase anodina. Qué poco cuesta tratarnos bien y resaltar sin tacañería alguna los méritos del otro aunque sean pocos y nímios.
    Todo sea por el líder.

    (Marianico mientras escribo esta insulsa entrada y debido a mi torpeza en el manejo del ordenador, te comento que estoy hasta los bemoles martonianos del "Concierto de Aranjuez")

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  15. Querido cuñado Paco, lamento profundamente el lapsus que me hizo llamar anodina a tu ingeniosa frase cuando mi intencion era calificarla de astrordinaria. Tus meritos no necesitan ser resaltados, de todos es conocida tu brillantez como agiografo y tu habilidad para comer rosquillas viudas. Lamento tu hartera del Concierto de Aranjuez. Quizás por eso la musica que sale en primer lugar en este extraordinario blog es Recuerdos de la Alambra, de Albeniz. Un abrazo.

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