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martes, 17 de enero de 2012

FERNANDEZ DE VACACIONES

Ha vuelto Fernández de unas bien ganadas vacaciones en no sé qué estupendo hotel del sur, merced a los programas de vacaciones del IMSERSO. Cuenta y no acaba de las maravillas del sistema, ahora que está todo el mundo con la soga al cuello mientras los “mayores” o “sénior”, como se llaman en esta época de eufemismos a los viejos de toda la vida, se pegan vacaciones de lujo en hoteles de cuatro estrellas con bufetes de infarto (que acaban por causarlos).
-     ¡Si los viejos de mi tiempo levantaran la cabeza y vieran como vivimos ahora! Cierto es que hemos trabajado, cotizado y que recibimos lo que legalmente nos pertenece, pero ellos hicieron lo mismo y muchos, como acémilas viejas e inútiles, murieron en la indigencia.
-     No te pongas trascendental –tercia Juan de la Cirila- y cuenta como estaba aquello, que para penas, ya tenemos los telediarios y para desatinos los del yerno.
-     Pues chico, por no entrar en el precio, que es tirado y el ambiente que es de vejestorios como uno mismo, el resto, estupendo: un hotelazo de un montón de estrellas donde se recibe un trato elegante y cortés. La zona, no te digo, en medio del parque Doñana, plena naturaleza; sin agobios, que en esta época no hay más que pensionistas, caminantes sin desmayo por el largo paseo marítimo que detiene el Atlántico; algún barecillo que sobrevive como pez en el barro de la sabana hasta que vuelva la temporada de lluvias turísticas, donde uno puede tomarse unos vinillos de la zona con las gustosas olivas que en esta tierra se adoban como en ninguna otra; y la entera provincia de Huelva por explorar: cerca del mar, pueblos con aromas colombinos que parecen sacados de aquellos libros de geografía abundosos de patriotismo universal que todos recordamos: Moguer, Palos, San Lucar de Barrameda, Punta Umbría, La Rábida… Hoy son pueblos modernos, limpios, pintados de blanco y albero con gentes amables que os indicaran la dirección de las recoletas tabernas de fino y tapa incluida si os acomete una necesidad imperiosa.
El Rocío, es un remanso de paz excepto en la época del alocado bullicio del mes de abril, con unos pocos barecillos que resisten la invernada, donde se puede tomar una exquisita manzanilla a la que acompañan tapas a voluntad, todo incluido en los módicos precios.
-     Verías a la virgen, entre copa y copa.
-     No tengas mala leche, lo que si vi fue un gracioso monumento en Almonte “A la tolerancia”, en la Plaza del Bacalao. Es el primero con tal dedicatoria que veo en este país y me pareció una cosa curiosa. Una especie de “rollo”, una columna vertical sobre pedestal cuadrado, en cada uno de cuyos lados hay una leyenda que refleja los valores constitucionales: igualdad, libertad, justicia y pluralismo político.
-     Sí que es curioso, ¿y el resto?
-     El resto, una provincia andaluza donde, a simple vista no se aprecia más crisis que la de los muchos hoteles cerrados (que no es poco), unas playas infinitas de arena fina y blanca que el Atlántico, estos días sosegado, lame dulcemente; y una parte de montaña, ya con aires extremeños, donde se curan los mejores jamones que en el mundo han sido. Jabugo y los pueblos de los alrededores (Castaño del Robledo, Fuenteheridos, Aracena, Alájar, Linares de la sierra, etc.) muestran la mejor combinación de embutidos ibéricos y caldos ambarinos que pueda darse.
En un recorrido de pocos kilómetros se puede encontrar el excelente pescado del chiringuito “El Tabla”  en la playa de la Canaleta en Punta Umbría; las gambas que cuece con primor el dueño de la cervecería “El Bolo” de Almonte, donde a pocas calles de distancia se puede comer en “El Tamborilero” un menú lleno de ingenio; y unos kilómetros más lejos, en La Punta del Moral, cerca de Ayamonte, un recoleto restaurante de sabor marinero llamado “Simón”, os animará a probar los innumerables “platillos” de mariscos variados y pescado recién frito.
-     Se me está haciendo la boca agua, puñetero, parece que solo viajas para comer.
-     No solo, tío Juanito, no solo.

9 comentarios:

  1. Ese plato de fritura está diciendo ¡cómeme! .. qué buena pinta tiene.
    Disfruté viajando con tus letras.

    Saludos

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  2. Mariano, eres un cronista de viajes estupendo. Glosas lo importante: paisaje, paisanaje, comercio y bebercio, como debe ser.
    Me ha llamado la atención ese monumento a la tolerancia, una palabra casi sin uso para muchos en cuanto a actitudes se refiere. Y me has puesto los dientes largos con el condumio, ¡menuda hambre me ha entrado!
    Un beso y cuida a ese Fernández: es un potosí. También me gusta el Juan de la Cirila: promete.

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    1. Dice el Juan que eres muy majica, que no te escribe porque no lleva las gafas de ver, que te lo diga. Me preguntó que si vas por Belluga, pero no me he querido arriesgar, que es muy ligón. Un abrazo.

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  3. Esa provincia de Huelva en una gran seductora con una gastronomía que tan precisa has descrito, y con unas maravillosas playas generosas de caricias y de sol. Estupenda mirada hacia ese rinconcito de España que tanto me gusta. Como te lea una agencia de turismo, te va a contratar para sus folletos de publicidad...sin duda... Aunque prefiero que disfrutes de los encantos de su belleza y frutos del mar.

    Un abrazo, Mariano.

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    1. Huelva es una delicia, Marisa. Mar y montaña, casi como Asturias, pero con buen tiempo y el Atlantico, sedante y mágico. Un abrazo

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  4. Ya sabes lo mucho que me gustan tus escritos, por lo que no me voy a repetir. Comparezco para decirte que, gracias a la generosidad de mi cuñada Carmen, ya tengo el libro prometido, por lo que la próxima vez que te vea te lo daré. Cuando haga menos frío, ( o cuando queráis ), visitamos el Convento y completamos la jornada debidamente. Un abrazo.

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  5. Gracias, Mariano. El miercoles proximo, si es posible. Hacemos planes para el proximo fin de semana. Un abrazo.

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  6. ¿Qué harían los hoteles de lujo en las maravillosas playas españolas sin los "seniors"? ¿Y los sueños nunca cumplidos, dónde irían?
    Hacer posible estos sueños siempre programados y nuca realizados es una de las acertadas labores sociales que puede hacer el gobierno que se preocupa de quien ha dado su vida trabajando por su país.
    Con hoteles vacíos el paro se acrecentaría entre sus empleados y entre quienes viven de su trabajo de proveedores. El gasto no es excesivo para quienes no disponen de altas pensiones y creo que las plazas se asignan por riguroso orden inverso al acostumbrado: los "seniors" con menores pensiones y menor posibilidades de visitar lugares lejanos, poseen prioridad. Algo insólito en esta, nuestra patria, acostumbrada a déjeme usted que me pongo yo.

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