Campea
en la ilustre fachada de nuestro ayuntamiento murciano el letrero “Agua para
todos” desde hace tanto tiempo que mucha gente cree que formaba parte de la
decoración inicial. Usada como herramienta política, la guerra del agua nos ha
perjudicado a todos sin excepción. “Los mercados”, asustados por la posible
escasez de limones, buscaron hace ya tiempo nuevas fuentes de abastecimiento y
ahora los que se compran en Murcia llegan de la Argentina con tan buena calidad
y a mejor precio que los locales. La guerra del agua nos ha hecho perder la
agricultura: la huerta retrocede y los bancales de limoneros y naranjos se
abandonan a las culebras y las ratas. Los huertos acabarán alicatados.
Pero
el “Agua para todos” de los que defendían el trasvase de Ebro y que ahora pasan
sigilosamente por debajo del letrero, temerosos de que se desplome sobre sus
cabezas, no es de ahora. Antonio Botías, en un delicioso libro, imprescindible
para los amantes del terruño, (Murcia, secretos y leyendas, 2011) nos
ilustra sobre los orígenes de la ingeniosa frase: el diario La Paz de Murcia
publicaba el 19 de Septiembre de 1868 un artículo arremetiendo contra la Ley de
aguas promulgada en 1866: “Haya agua para todos, que hubiera una distribución
de aguas que matase el caciquismo de los pueblos […] pues lo que Dios ha
concedido como bienes no son para determinada persona. Quisiera esta justa
distribución desde el nacimiento de los ríos hasta los mares”.
Poco
efecto debieron tener las palabras del ignorado articulista sobre los padres
del agua porque el 13 de junio de 1912, la edición murciana de El Liberal
madrileño, proclamaba: “¿Habrá “Agua para todos”? La llave de todos los manejos
políticos está en el agua, las acequias y los riegos, siendo la agricultura la
única riqueza de este pueblo”.
Como
se ve, el asunto del agua viene de lejos y su utilización política y
partidaria, también.
“Agua
para todos” era el titulo de un suelto en el que El Semanario Murciano
de marzo de 1973 recogía la visita a Murcia de autoridades almerienses para agradecer a Octavio Carpena Artés, a la
sazón gerente de la Comisión para el Desarrollo Social y Económico, el interés
que había demostrado porque el agua del Tajo llegara, a través de Murcia, al
valle del Almanzora.
En
octubre de 1974, La Verdad de Murcia recogía unas declaraciones del
subsecretario de Obras Publicas, Sr. Sánchez Terán (Subsecretario en época de
Franco, ministro de Obras Publicas y Trabajo con Adolfo Suarez y Gobernador
Civil de Barcelona en la democracia), impulsor del llamado “Plan
Ebro”, en las que aseguraba que el cauce del Ebro tiene “Agua para todos”, y en
la Hoja del Lunes de Murcia de 20 de Agosto de 1979 que por aquel entonces
dirigía “en funciones” Ismael Galiana (padre), se ponía a grandes titulares la
frase “Agua para todos” en boca del Gobernador Civil de Toledo, Ignacio López
de Hierro (más tarde Gobernador
civil de Toledo y en la actualidad esposo de la Presidenta de la Comunidad Autónoma
de Castilla-La Mancha, Dª Dolores de Cospedal).
En
1993, editado por la Caja de Ahorros de Murcia, apareció el libro Agua para
Todos de Daniel Cremades Cerdán en
el que sentaban las bases para una planificación hidrológica peninsular.
Unos
apostaron por la desalación localizada, otros por los trasvases cuando eran
herramienta arrojadiza para hacerse con el manubrio de gobernar. Don Mariano,
desde Abanilla, comunicaba a La Verdad el 11 de julio de 2004: “Si
volvemos a ganar, el trasvase del Ebro se va a construir porque la opción de
las desaladoras no tiene ningún sentido. Contaminan y además tampoco se van a
hacer”. Y ahora se queda tan pancho mirando para otro sitio cuando le preguntan
por el asunto. ¿“Agua para todos”? ¿Qué nuevas milongas piensan contarnos ahora
que tienen la sartén por el mango?
El
fango político ha contaminado por igual el agua de las desaladoras y de los
trasvases. Y el pueblo, a beber agua turbia.
Menos
mal que, sin necesidad de vírgenes, procesiones ni rogativas, el agua del cielo
se ha derramado en abundancia sobre nuestras cabezas este mes de noviembre.
¿Quizás D. Mariano, per se o a través de la conferencia episcopal, tiene
más influencia en las alturas de la que le suponíamos?
Las ranas ya han criado pelo y la mayoría de murcianos no lo sabe. Con el mea...culpa de Ramocínluis, Miguelínángel y Marianín que llene el charco.
ResponderEliminarMariano, ¡qué excelente artículo!
ResponderEliminarHas realizado una labor de documentación que para sí quisieran estos aprendices de oolíticos que llevan no sé cuantos años en el poder de nuestra Comunidad y todavía no han sido capaces de resolver el trasvase Fuensanta-Cenajo. ¿Qué hay tras él? ¿Algún día nos lo explicarán? No..., lo digo porque como son tan demócratas que nos debe enseñar lo que es ese libro que se conmemora hoy..., sobre todo ese señor, segundo por la izquierda, de la última fotografía. Ese nos debe enseñar sus métodod de "nadar y guardarla ropa". ¿En las aguas del río Segura?
Mariano, estos interfectos, con la connivencia de la perpetua e inútil Junta de Hacendados y otras "asociaciones" y "comunidades de regantes", han destrozado todo el sistema de riego del valle del río Segura, diseñado por los árabes: riego → escorrentías que recogen la percolación → acequias → meranchos → río → y vuelta a empezar. Han tapiado con hormigón el paso de aguas puras y filtradas para conducir hasta el río las inmundas aguas fecales de sus urbanizaciones de lujo.
A esto le llamo yo "Miserables políticos para los agricultores". No me lo han querido poner en la fachada del Ilmo. Ayuntamiento, quizás porque los de las rogativas toman la palabra ayuntamiento como la pecaminosa 3ª acepción de su sinónimo, ayuntar, según la RAE.
Lo siento, Mariano. Tengo una disculpa para escribir tanto: el olor del agua con la que riego mis pobres limoneros a punto de secarse por la intoxicación de productos arrastrados por las nauseabundas aguas de riego.
Sí, estoy de acuerdo contigo en todo.
Añadiría el nuevo slogan: "Lodo para todos".
Un abrazo, Mariano.
Desgraciadamente el agua es un recurso político. de eso hablábamos el otro día en una reunión. es una pena que tengamos estos gobernantes, ya da igual de donde sean , al final acaban haciendo lo que quieren y que el pueblo se fastidie. No ha pensado don "Marianico el corto" la cantidad de trabajo y puestos de empleo que ganaría si hiciera el trasvase. quizá alguien tenga que explicárselo como a un niño de escuela, pues parece ser que es de la única manera que lo entiende. Que llueva más... Porque si no ni las más profundas y devotas plegarias van a salvar nuestra amada huerta.
ResponderEliminarFuera de esta tierra nuestra, muy pocos entienden el problema y, en general, "se la suda" y no se escandalizan de toda esa agua sobrante del Ebro que va a parar al mar.
ResponderEliminarNo sé si lo verán nuestros ojos, Mariano. Mientras tanto, que llueva y, cuando no lo haga, nos tocarán rogativas sin fin a los dioses caprichosos de la lluvia buena, no de la que asola y hunde.
¡Apañados estamos!
Un abrazo.
Pues me temo, que aparte de eso de encomendarse...no habrá muchas más opciones...En eso de que haya llovido yo no le atribuyo el mérito a Don Mariano aunque él es mucho de quedarse como si oyera llover :D
ResponderEliminarUn abrazo
Mariano, hace tiempo que no leía ninguno de tus escritos, por una serie de razones no he tenido tiempo o ganas de meterme en Facebook ni siquiera en Internet pero de verdad que siento haber perdido éste tiempo pues siguen siendo tan interesantes o mas que antes.
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