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martes, 20 de noviembre de 2012

DIOSES CONTRA DIOSES

En el año 632 de la Era Cristiana, murió el profeta Mahoma, después de haber recibido de manos del Arcángel Gabriel el Corán en sucesivas entregas[1]. Entre otras muchas recomendaciones, le instaba a extender la palabra de Allah –y de paso los territorios ocupados por sus seguidores- por todo el mundo conocido. Los cuatro califas que le sucedieron, conocidos como “califas perfectos” (Abu Bakr, Omar, Otman y Alí), se aplicaron a la faena con tal denuedo que hacia el año 662, las tropas musulmanas habia conquistado (u ocupado) Mesopotamia, Palestina, Siria, Egipto, la Cirenaica y Tripolitania. Moawiya se rebeló contra el orden de sucesión implantado por los primeros y decidió inaugurar un sistema hereditario (cosa que, a lo largo de la historia ha sido ampliamente imitada), pero continuó el afán expansionista de los perfectos, de manera que en el 711 las tropas musulmanas estaban inaugurando el cruce del estrecho (que tantos imitadores ha tenido desde entonces) y en el 732 habían llegado hasta Tours, en aquel momento reino franco.
Y allí se produjo el frenazo, Odón de Aquitania que era el que mangoneaba el asunto por aquellas tierras, echó mano de su antiguo enemigo Carlos Martel (padre de Pipino el Breve y abuelo de Carlomagno por la misma línea), para que le parara los pies a Abderrahamen ibn Abdullah al-Gafiqui que, al frente de la moraima, habia saqueado Burdeos, entre otros descalabros de menor cuantía, llenando de terror y cadáveres la zona.
Carlos Martel salió, pues, al encuentro de Abderrahamen, los dos ejércitos se encontraron en un lugar impreciso entre Tours y Poitiers. Y allí sucedió el hecho milagroso que paso a relatarles a continuación, extractado minuciosamente de fuentes históricas por completo imaginarias:
 

Estando los dos ejércitos frente a frente, las tropas cristianas de infantería organizadas en falanges compactas y las tropas sarracenas casi todas de a caballo con lanza y espada, prestas a arremeter los unos contra los otros, hete aquí que, por entre la tierra de nadie que pronto estaría cubierta de heridos, moribundos y caballos agonizantes, se destacó un anciano, al que algunos llamaban Pedro el Ermitaño, alto y flaco, con luengas barbas flotando al viento, apoyado en un báculo de pastor. Abriendo los brazos como si quisiera abrazar a la humanidad, dijo en voz tonante dirigiéndose a las tropas que tenía a derecha e izquierda
—“Teneos, insensatos, hoy es el día menguado en el que muchas viudas han de llorar desconsoladas e innumerables jóvenes han de quedar huérfanos. ¿Y todo eso por qué? No es por unas tierras fértiles que podríais compartir unos y otros en santa armonía, sino por el empeño ciego de unos dioses que se pretenden exclusivos. Teneos, digo, y desoyendo las voces de esos dioses que os envían a combatir en su nombre, encomendadles a ellos la tarea de dirimir su supremacía a brazo partido en las altas esferas que dicen habitar. Que peleen entre sí haciendo estallar las nubes y os dejen a vosotros vivir en paz y concordia”.
Hicieronlo así las tropas, se juntaron en hermanado abrazo aquellos hombres a los que los dioses habían convertido en enemigos, y, a partir de aquel día, no hubo más guerras por causa de la religión.

 Y colorín colorado…



[1] El Profeta las recibió con la mano derecha, de ahí la distinción que, entre ambas manos se hace en el Islam.

19 comentarios:

  1. ¡Menuda finta les hizo Pedro el Ermitaño! A fin de cuentas servía al mismo dios de los contendientes.
    Besos colorín, besos colorados.

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    1. Otro fanático como tantos. Menos mal que el asunto acaba bien (en el cuento).

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    1. Pues ya ves, Paco, de que nos sirve tanto cacumen como presuminos de tener.

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  3. Debiéramos acudir más a la Historia para aprender ciertas lecciones.
    Abrazos, amigo Mariano.

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    1. Pues si, Isabel, pero acudir a la Historia es tan decepcionante como contemplar la realidad. hay algo que no va en la especie humana desde hace mucho tiempo, quizás desde el principio.

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  4. ¡...Este cuento ha empezado! Y así comenzo, inició, principió, una etapa larga, muy larga en la que todos los dioses eran el mejor, el más poderoso, el más milagrero, y más tarde..., mucho más tarde, cuando Europa estaba un poco llena de gentes de "malvivir" un representante de uno de los dioses en la tierra dijo: "¡Jolín, Cuanta gente! Vamos a ver si podemos vivir más tranquilos sin tantos embotellamientos de carros por los caminos" E inició lo que se viene en llamar cruzadas porque era una cruz ir a ellas. Y hasta hoy..., en donde el fin explícito no existe ni se le ve la punta y vuelve a haber embotellamientos, esta vez de cacharros de hierro y plástico... Esperemos que al iluminado de turno no se le ocurra quedarse un pòco claro.

    Un abrazo, Mariano.

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    1. Pues al paso que vamos, no tardará en empezar otra vez el tiempo de las cruzadas, ya veremos en nombre de qué, pero lo cierto es que aqui sobra mucha gente.

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  5. Preciosa esta historia Mariano, qué pena que no haya más Pedros Ermitaños por ahí, para evitar tanta sangre como se ha derramado, se derrama y se derramará, en nombre de la religión. Sobre todo, porque en el fondo todo nace del mismo sitio, hay un nacimiento común y unos intereses creados que han hecho que corra la sangre.

    Un abrazo Mariano y buena semana.

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  6. Ojalá el mundo tuviera tu capacidad para imaginar cosas tales, y con tanta maestría llevarlas a cabo. ¡Siempre se me ha hecho tan difícil entender cómo se puede matar en nombre de una religión!
    Hagamos una petición al Universo: que tu relato se convierta en realidad, y nunca más haya una guerra por causa de ésta.

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  7. Bueno, en el fragor imaginativo de la historia, me he permitido alterar ligeramente el papel de Pedro el Hermitaño: en realidad fue el predicador de la primera cruzada predicada por el papa Urbano. Pedro dirigio una turbamulta de peregrinos famelicos hacia Jerusalen y desapareció por el camino, no se sabe si de unas malas bubas o de un hartazgo de vino pepeón, al que era muy aficionado al parecer.

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    1. Esta respuesta era para Yashira, pero los mengues informaticos me juegan continuamente malas pasadas como esta. Bienvenida Lunska, espero que nos sigamos visitantes.

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. ESCALADA DE TENSIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO
    Clinton, dice hoy la prensa, viaja a Oriente Próximo para intentar forzar una” tregua” en Gaza. Se habla de tregua ...la guerra pues continua, y así, de tregua en tregua y tiro porque me toca, llevan judíos y árabes desde la arbitraria Declaración Balfour , allá por el año 1917, matándose y matándose y polarizando al resto del mundo en un ambiente belicoso. Los dioses nada tuvieron que ver con esta guerra, y creo pienso que con ninguna. La más antigua que se recuerda , aquella de Troya, fue originada por una bella y casquivana Helena. Los dioses, es cierto , según se cuenta , que tomaron con posterioridad partido entre las partes contendientes, pero no bajaron del Olimpo… que se sepa, y más bien desde allí criticaban las conductas de los humanos.. Las guerras las hacen los hombres, solo ellos, invocando múltiples motivos, eso sí, que en el fondo, estudiado uno a uno, se comenta pueden reducirse a uno solo: el “interés económico en sus diversas manifestaciones”.

    Pedro el Ermitaño, como fue declarado Santo, y estará en el Cielo, debería iluminar a Clinton para ver si de una vez pone fin a esta nefasta "guerra” y se deja de “treguecitas”.

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    1. Pues tienes mucha razón, D. Nico, pero recuerda que, según se relata en los cantos XX XXI y XXII de La Iliada, Palas toma partido por Aquiles y Apolo por Hector. Apolo abndona a Hector (Y el dia fatal de Hector inclinó su peso y descendió al Hades; y apolo lo abandonó) y Palas Atenea toma el aspacto de uno de los innumerables hijos de priamo (Deifobo)fingiendo ayudar a Hector para dejarlo luego tirado ante la lanza de Aquiles. el asunto acaba como todos sabemos. Claro que la historia está escrita 8como siempre9 del lado de los vencedores que se adueñan de los dioses y sus voluntades segun lles cuadra. En fin, arduo asunto dosnde los haya!

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  11. Demasiado bonito; Mariano, para ser verdad. Y es que al parecer los dioses no se mojan el culo, ni para salvar a su feligresía. Y envían a sus huestes y cruzadas para que les hagan el trabajo sucio.

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