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martes, 24 de diciembre de 2013

SENSACIONES



Ya sé que es solo una sensación vaga, imprecisa, sin fundamento, pero a veces me dejo llevar por ella y mi estado de ánimo se inclina peligrosamente a la zozobra en el proceloso mar de los delirios imaginados.
Desde hace un tiempo –ya demasiado- a esta parte, me parece que todo a mi alrededor se va volviendo cutre, miserable, minúsculo, como si me hubiera sumergido de improviso en una obra de Jonathan Swift.  
Los niños y las niñas vuelven a estar separados en los colegios, como en mi infancia, y lo que es más grave, subvencionados por el Estado. Tenemos un rey anciano y achacoso que arrastra penosamente su humanidad intentando hacer buena letra para enmendar trapacerías recientes. El príncipe, cuya preparación ha sido minuciosa y completa, se está convirtiendo en un funámbulo pacienzudo que no sabemos si acabará haciendo el ridículo como su primo inglés, esperando heredar después de jubilado. La Constitución se nos ha quedado obsoleta por la desidia inmovilista de unos y otros; ahora no hay quien se atreva a meterle mano porque en tiempo de tribulación no es recomendable hacer mudanza. A la política y al olisque del ladrillo golfistico, han desembarcado buen numero de los chorizos del país como las pirañas acuden a la gallina arrebatada por las aguas del Amazonas. Se han dilapidado los recursos de la nación en gastos faraónicos, en ciudades de las artes compostelanas y en aeropuertos sin pasajeros en cada pueblo de nuestra geografía, incluida mi desdichada región. Las compañías energéticas suben con alevosía impune sus tarifas amparadas por los ex presidentes y pelotas de primer nivel de uno y otro signo que han encontrado en sus brazos cómodos retiros millonarios.
La banca sigue obteniendo beneficios después de los multimillonarios rescates que pagarán nuestros descendientes en los próximos cientos de años; ya no interesa la inversión en industria o servicios, sino la especulación “en los mercados” que proporciona pingües beneficios con poco riesgo. El aumento de la delincuencia propio de tiempos turbulentos, se sustancia con el recorte de los medios al aparato judicial y los movimientos espasmódicos del Código Civil. El Gobierno, en vez de gestionar con eficacia los recursos y apretar el cinturón de sus gastos, acude a la simplificación de recortar en sanidad, investigación, enseñanza y pensiones, aún a sabiendas de que ese es el camino más corto para hacer retroceder el país a tiempos pre-constitucionales. La curia medieval, con su Torquemada al frente, sigue dando la vara en el vano intento de aplicar a la universalidad de la ciudadanía sus antediluvianos preceptos monjiles. Entre tanto desastre, la única solución que les cabe a nuestras mentes pensantes son proyectos ilusorios como Eurovegas o Paramount –olvidados ya los ridículos Murcia no typical que costaron una fortuna- con los que hacerle el caldo gordo a mafiosos internacionales que les acaben de llenar el cazo ya rebosante. Y si hay que cambiar las leyes, se les cambian a su medida, por algo somos un país de pandereta.
*
Ya digo, es solo una sensación vaga, imprecisa, sin fundamento, pero a veces me dejo llevar por ella y mi estado de ánimo se inclina peligrosamente a la zozobra en el proceloso mar de los delirios imaginados.

Este artículo se publicó en VEGAMEDIA PRESS en 2013.12.09





12 comentarios:

  1. Querido Mariano, hoy no me extiendo ni una pizca. Todo lo has dicho. Todo es el resultado de nuestros comunes delirios imaginados. Todo es pensado por los minúsculos reyezuelos que atrapan al gigante en la tierra sobre la que se eleva a la categoría de genialidad y usura cualquier proceso social. Sí, se siente una realidad vaga, imprecisa y deshilachada. Cuando chicos, veíamos cómo los malos, malísimos, zulúes atacaban a los blancos colonialistas buenos, buenísimos. La tecnología guerrera era tan dispar que morían como moscas... pero eran tantos que poco a poco obtenían una victoria, pírrica pero victoria al fin y al cabo, y, con ella, su independencia. ¿Podremos hacer esto algún día con estos golfos que nos acribillan por todos lados?
    ¡Qué excelente reflexión has escrito, Mariano!

    Un inmenso abrazo..

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    1. Pues ya ves, Antonio, creo que ni los zulúes podrían con estos. Siempre tienen mejores armas que nosotros: la zafiedad y la mentira. Buenas fiestas y un abrazo.

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  2. Así está el patio. Un abrazo, Mariano.

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    1. Ciudate, muchacho, te echaremos de menos en el cambio de tercio, aunque me imagino que no habrán grandes novedades en el proximo.

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  3. Es la sensación que antecede al discurso real de Navidad. ¡Puag!

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  4. Mariano, espero que tengas muchas felicidades en este nuevo año. Lo que has contado de tu tierra tiene tanta similitud con las cosas que ocurren aquí así que te entiendo perfectamente. Un gran abrazo desde la distancia. Lou.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Tus sensaciones son las mías y las de mucha gente.Cada día hay un nuevo ataque a nuestra dignidad y a nuestra libertad ( lo último la ley del aborto Gallardón).
    Pero no pasarán. Queasí sea.
    Salud, próspero 2014 y felices fiestas.
    Asun

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    1. Se nos avecina una nueva avalancha de cutrerío y olor a círio, veremos como la superamos! Un abrazo.

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  7. Que bien has titulado,estoy totalmente deacuerdo con tus sensaciones, que son las mias y las de las gentes de bien,Esperemos que dentro de este sistema ,que que nos hemos dado,que seguramente sera mas malo que otros peores, que algunos habeis padecido, seamos capaces de darles su merecido,

    Un fuerte abrazo

    .

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