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domingo, 3 de junio de 2012

CREENCIA Y EUTANASIA

A Micol.
Un amigo médico me da noticia del triste final de una de sus pacientes. Afectada de una enfermedad terminal y sin encontrar la ayuda necesaria para acabar con un sufrimiento que no se sentía capaz de resistir por más tiempo, le puso fin arrojándose por una ventana.
Me ha recordado este asunto el artículo, que sobre el mismo tema, publiqué en una revista en marzo de 2008. Como podrá apreciar el sufrido lector, las cosas han cambiado poco desde entonces.
*
El caso de Eluana, la muchacha italiana desconectada por fin de los aparatos que la habían mantenido en una pseudo-vida durante 17 años, ha vuelto a desencadenar la polémica sobre un tema de tanta sensibilidad e importancia como para mantener radicalmente dividida a la sociedad de muchos países.
Me recuerda este, el caso de Ramón Sampedro, un gallego tetrapléjico atado durante muchos años a una cama, defensor a ultranza de la eutanasia, a la que por fin pudo acceder de forma un tanto rocambolesca, con la ayuda de amigos. La justicia cubrió con un piadoso manto las posibles responsabilidades y el caso permanece vivo en una estupenda película protagonizada por Javier Bardem.
En aquel momento de fuerte debate televisivo y social, tuve ocasión de presenciar un espacio en el que se contrastaba la postura de Sampedro con la de un sacerdote católico reducido a situación parecida que, sin embargo la afrontaba con presupuestos diametralmente opuestos. El sacerdote, no sé si debido a la fe que profesaba o a otras razones, postulaba (y llevaba a la práctica) su voluntad de continuar su vida, aun reducido a una silla de ruedas que solo podía accionar con la barbilla. Asumía las servidumbres de todo tipo que tal estado comportaba de la forma más activa y participativa posible. Aceptaba con resignación su situación, aún creyéndola injusta.
Ambas posturas me parecieron dignas de respeto y en absoluto antagónicas. Creo que la esencia de la convivencia y su manifestación político-social como modelo, la democracia, consiste en que posiciones diferentes e incluso enfrentadas puedan coexistir y ser compatibles sin necesidad de que una de ellas tenga que laminar a la otra. No creo en la desafortunada frase “El que no está conmigo está contra mí” (Luc.11, 14, 24) y estoy en radical desacuerdo con los que la practican. Creo que los que así piensan son un peligro para la comunidad a la que se creen en la obligación de conducir por los raíles de su creencia, sin más razones que una fe, que nadie cuestiona pero que los demás no tienen por qué asumir. Esta necesidad enfermiza de que todos compartamos las mismas ideas, me trae a la memoria la canción de los monos de Ruyard Kipling en El libro de las Tierras vírgenes, “Nuestra es la verdad, porque somos muchos y todos decimos lo mismo”.
Con todo el respeto que me merecen las instituciones, cuyas normas acato aún en mis desacuerdos puntuales, creo que debería revisarse la legislación de este país de manera que hubieran soluciones para todas las tendencias sin más limitación que el libre albedrio y la conciencia de cada uno, siempre que no se invada la libertad de los demás.
Que yo sepa, nadie ha propuesto jamás que opciones como la eutanasia, el aborto, los anticonceptivos, el matrimonio homosexual, etc. sean obligatorias para nadie.
La creencia es absolutamente respetable... para aquellos que la profesan. Los demás  tienen el mismo derecho que ellos a pensar y practicar –insisto en la libertad de todos-, lo que les parezca más oportuno.

Revista “La Calle”. Santomera, Marzo 2008.


        


9 comentarios:

  1. Efectivamente, la libertad de decidir es uno de los derechos fundamentales del ser humano.
    En cada caso las circunstancias son diferentes.
    Magnífica crónica.
    Un abrazo amigo.

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  2. Comparto el comentario de Ivette, decidir por uno mismo es la base fundamental de la libertad individual del ser humano. Un abrazo.

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  3. Efectivamente, la libertad de decidir es uno de los derechos fundamentales del ser humano.
    En cada caso las circunstancias son diferentes.
    Magnífica crónica.
    Un abrazo amigo.

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  4. El cura del que hablas era consecuente con sus creencias, pues para los católicos la vida es de su dios. También creería que su religión era la única verdadera y obedecería al mandato de hacer prosélitos.
    Qué diferencia con quienes no somos creyentes: tolerancia en todos los ámbitos frente a los intolerantes y excluyentes.
    Dan miedo, Mariano.

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  5. Ya que no tenemos la opción de elegir el poder nacer, al menos sí deberíamos poseer la opción de elegir cuándo morir. Y mucho más, de una forma digna.
    Escasean las libertades, pero la que se refiere a la opción de la propia muerte, se debería respetar la decisión que cada cual adopte sobre el asunto, independientemente de cuestiones religiosas que se empeñan en imponernos.
    Aunque me parece a mí que son malos tiempos para legalizar la eutanasia...

    Saludos, Mariano.

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  6. Legislar sobre lo desconocido es un don divino dado a los seguidores acérrimos de la represión y la salvación a base de maderazos a la supuesta alma, no creída por muchos.
    Opinan de las relaciones matrimoniales quienes no saben lo que son, del aborto quienes no conocen ni una palabra de fisiología, de los preservativos quienes teniendo acciones en fábricas de látex los repudia y de la eutanasia quienes creen en el martirio como expiación. Saben, por el contrario, explicar muy bien la pederastia porque muchos la han practicado, disculpado e incluso potenciado.
    No existe una doctrina más patética y masoquista que aquella que justifica y potencia el martirio como luz que crecerá en esa otra vida, inexistente para muchos.
    La eutanasia es un derecho del ser vivo. Lo es de todos los seres vivos de este planeta, ¿por qué no de la especie sapiens sapiens?
    Leyes redactadas por la misma especia reprime, expía y ordena, sobre el libre albedrío de cada uno: lo único que posee en su plena totalidad el homo sapiens sapiens. La irracionalidad siempre es un plato calentito.
    Además de la excelente "Mar adentro" de Alejandro Amenábar, 2004, recomiendo el visionado de "Camino" de Javier Fesser, 2008, inspirada en la vida de Alexia González-Barros.
    Sereno y perfectamente racional tu artículo, Mariano.

    Un fuerte abrazo, Mariano.

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  7. Gracias Mariano.
    Un fuerte abrazo de parte de mi enfermera Marta.
    Miguel

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  8. Desde luego, el dibujo no es inocente, y el tono del texto tampoco. Ahora que se ha puesto de moda eso del "testamento vital", yo he hecho también uno, que he publicado en el seno del primer libro que publiqué en Amazón, "Amén". Os reproduzco el fragmento a continuación, y así veréis mi síntesis del problema...:

    "Me acuerdo de la cara de mi cuñado Abelardo, que era médico de esos que dicen que cuando uno no tiene calidad de vida debe saber irse, que es mejor que le pongan a uno un tranquilizante y que pase a mejor vida sin que se dé cuenta; recuerdo su cara todavía, cuando le dije que yo iba a escribir un testamento vital. Su cara de complacencia se alteró visiblemente cuando le dije el texto que iba a poner, que más o menos era este:

    Yo, Ángel del Valle, en plenas facultades físicas y mentales, elaboro el presente Testamento Vital en Murcia, a cinco de febrero del año dos mil veintisiete, a las catorce horas cuarenta.

    Cuando yazca indefenso en una cama sin que tenga posibilidades de recuperación hasta unas condiciones de vida que se consideran deseables, a saber, de ambulancia independiente1, conocer y ser conocido por mis familiares y amigos, orientación espacial y temporal, y estar exento de dolores agudos y crónicos, ante la posibilidad de que sea desenchufado de aparatos que me mantengan con vida, sea consciente o no de ello, por el presente TESTAMENTO VITAL:

    DECLARO que no deseo ser desenchufado de ninguna máquina o artilugio que sea capaz de prolongarme la vida,
    QUE no reconozco como concepto válido y presentable esa falacia liquidadora llamada ensañamiento terapéutico, que es la forma pervertida de hablar de la denegación de ayuda médica y clínica a quien las necesita,

    QUE ante la eventualidad de que algún pariente próximo se sienta tentado de firmar para que “se me alivien los dolores” mediante la desconexión,

    PUEDO DISPONER Y DISPONGO que por este documento desheredo, a tenor de lo dispuesto en el Código Civil español2, a dicho o dichos familiar o familiares, puesto que en esa hora suprema se han negado, por acción, a prestarme la ayuda necesaria para que siga con vida.

    OTROSÍ manifiesto, que en caso de que haya otra vida, o bien continuación de esta en la manera que fuere, volveré de ella para atormentar a todos los médicos, enferme­ros, parientes y todas otras personas que hayan colaborado activa o pasivamente en el procedimiento de mi liquidación del mundo de los vivos. La vida es el regalo más maravilloso que recibí de mis padres, y no lo perderé sin luchar.
    En Murcia, en la fecha que
    consta ut supra,

    Fdº Angel del Valle Ricote"

    Esto va, por supuesto, por todos aquellos que ansían tener la libertad para pensar diferente de lo que está establecido, pero que en cuanto se hacen con el poder no toleran que se disienta de ellos...

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    1. A todos mis comentaristas: Acabo de regresar de otro pais donde he participado en un congreso-vacacion que me ha procurado alimento para el espiritu y descanso para el cuerpo. El placer de encontrar vuestros comentarios se ha sumado al de la vuelta y confio en que mis opiniones (manifestadas quizás en la forma demasiado abrupta que mi torpeza impone)no hayan sido ocasion de escandalo ni desencuentro para nadie. Gracias a todos y os prevengo que colgaré pronto alguna cronica con mis recientes experiencias en ese cercano pais que os refería al principio. Gracias a todos.

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