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martes, 8 de mayo de 2012

LOS SISTEMAS PERVERSOS

Fernández es hombre de vasta cultura, si bien autodidacta y errática, en perpetua fase de ampliación. Últimamente dedica su tiempo a lecturas sobre sistemas perversos, y de la misma forma que Don Quijote, saturado de novelas caballerescas acabó viendo encantadores, doncellas menesterosas y fantasmas por todas partes, mi amigo solo ve a su alrededor la parte negativa -perversa- de los sistemas sociales.
- Imagínate -me dice- lo lamentable que resulta un sistema que, diseñado en principio para obtener un bien, acabe proporcionando un mal. Ejemplos: un sistema sanitario creado para restaurar la salud que acaba contaminando, a través de infecciones hospitalarias, a los que acuden a sus instalaciones; o que se permita la instalación de industrias contaminantes amparadas en el interés público; que se obligue, o se potencie desde el Estado la profesión de un culto religioso determinado con menoscabo de otros; que se permita a los monopolios actuar con impunidad aunque su principal interés sea combatir la libertad de mercado; que la desocupación obligue a los obreros a realizar tareas insalubres y perjudiciales para su salud; que la prensa pueda acusar a cualquiera sin recoger el derecho de réplica, etc. etc. Y no te digo nada de la política, cuyas informaciones dominan nuestros días y nuestras noches en un vendaval desconcertante. En teoría, a la política acuden aquellos que tienen voluntad de servicio para sus conciudadanos, o por lo menos eso repiten con insistencia; pero resulta que, con cierta frecuencia algunos políticos acaban alzándose con la caja del negocio, atentos solo a su propio beneficio. Da lo mismo a que partido pertenezcan, pues la categoría “chorizo” es superior a la categoría “miembro de un partido” y aún a la de “político”. Esa es la más falaz de las perversiones ya que supone un abuso a la buena fe de los ciudadanos que los votan en la inocente esperanza despertada por sus mítines, donde muestran una faz que no volverá a verse hasta la próxima campaña electoral, si no es que han hecho la caja suficiente y se han retirado o se han buscado otro destino en los múltiples consejos de administración a que tienen acceso privilegiado.
- ¡Pero hombre, Fernández, no serán todos así! A los políticos, como a todas las personas de bien, se les supone dotados de una ética capaz de establecer un sistema moral, de distinguir entre lo que los hombres deben o no deben hacer, de diferenciar y elegir entre vicio y virtud, entre el bien y el mal.
- Desde luego que no son todos así, por suerte los hay honestos, pero fíjate en la última y más sutil perversión de ese sistema: cuando se destapa una corrupción (que afortunadamente se destapa) los compañeros de partido del corrupto, en vez de apartarse de su lado, como exigiría esa ética elemental de la que hablas, en virtud de algún extraño sentimiento de culpa comunitaria, hacen piña en torno a él en un desesperado intento de “mantenella y no enmendalla” que acaba enredando las cosas y en muchas ocasiones hace que, para jueces y magistrados, sea imposible desenmarañar la madeja. Así, el ciudadano, que dio su voto a los que le parecían más honestos y capaces, acaba siendo desplumado por ellos. ¡Perversión suma!
- Será por eso que en algunos países se limitan los mandatos a ocho años, para que no cunda el tiempo de la tentación y los errores no se perpetúen.
- Si, pero en otros se agarran al sillón como la caparra a la oreja de un perro durante tres, cuatro o más legislaturas.
- Por algo será. Si el pueblo los vota...
- Pues sí.




12 comentarios:

  1. Desde que me lo presentaste tengo la certeza que este Fernández es un sabio, un sabio con mucha retranca.
    Coincido con él cuando ve la más sutil perversión en esa forma de reaccionar de los políticos al descubrir que uno cercano a ellos se ha hecho con el botín: negar, echar tierra encima y mirar con lupa al de enfrente. Siga usted con sus lecturas, amigo Fernández, y luego nos cuenta.

    Un abrazo, maestro.

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    1. Dice Fernandez que se remite, complacido, a la mejor opinion de un escritor de exito como tu. Lamentablemente no os podré acompañar este miercoles, espero pasar desapercibido. Un abrazo, jefe.

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  2. Ya que Fernández mete el dedo en el ojo, quiero proponerle una cuestión: ¿por qué los políticos no van a la cárcel? (Algunos sí lo hacen pero sabemos en qué partido militan.)
    Hasta pronto.

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    1. Sospecho que tampoco irán al reino de los cielos, por trapalosos. Los chorizos militan en el primer partido que les venga a mano. Son virus oportunistas. Un abrazo.

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  3. Diga usted que sí, lúcido señor Fernández... En los tiempos que corren, es difícil no estar en esa parte "negativa".

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    1. Hola, mujer transformada. Bienvenida a este blog adulto. paso por el tuyo. Un abrazo

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  4. Que ayer lo dijo bien claro nuestro pepero mandamás. Y yo me quedé patidifuso de ver que ya ni se esconden ni acuden a neologismos, que si recortes o reformas. "Si tengo que subir el IVA lo subiré, aunque haya dicho que no lo iba a hacer". La política encadenada, hipotecada al poder financiero. "Si tengo que inyectar dinero público para salvar a los bancos -Bankia-, aunque antes dijera que no, hoy estaría dispuesto a hacerlo". Y lo más preocupante es que sean los mismos políticos los que se encargan de desprestigiar la actividad política, a todas luces instrumento necesario (mal menor) para organizar la vida pública.

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  5. Decia un huertano amigo mio, ya viejo: "prometer para meter, y una vez que se ha metido, olvidar lo prometido". No sé si se refería exactamente a esto. Veremos a ver como salimos de esta! Un abrazo, Juan, toca resistir, de nuevo.

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  6. Fernández está hasta la coronilla, como casi todos, Mariano.
    No sólo son ineptos y corruptos algunos de los que nos iban a salvar ¿de ellos mismos?, sino que además se escaquean a la primera porque su cobardía va más allá de "su amor por la sociedad", a la que se supone que gestionan.
    Los escándalos salpican a instituciones, partidos y personas que, unos por la gracia de su nacimiento, otros por la gracia de unos votos presionados popr intereses personales, están haciendo y deshaciendo lo que quieren, como quieren y además se ríen.
    ¿Se ríe usted Sr. presidentito del Gobierno Español cuando se gasta el erario público en salvar el culo de sus amigos?

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    1. Antonio, añaden el sarcasmo a la ofensa. Vivan la caenas! Lamento no poder acompañaros hoy, me ha salido un ligue y no estan los tiempos para perder pistonazo. Prometo enmendarme la semana proxima. Un abrazo.

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  7. Este Fernández es un lince y no se deja engañar. Me gusta su facundía.
    Pero ya ves lo que dicen las encuestas: que seguirían ganando unas elecciones. Ni ellos tienen enmienda y me temo que nosotros tampoco.

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    1. Ya sabes que la verdadera sabiduria está en el pueblo, cuanto mas llano, mejor. Esperemos tiempos mejores, ya sabes. amanecerá dios ... Un abrazo.

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